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cecilia cuerdo
Sevilla
Miércoles, 4 de noviembre 2020, 19:33
El Consejo de Gobierno andaluz presentó este miércoles el proyecto de ley para sus presupuestos de 2021,cuyo gasto público ascienden a 40.188 millones de euros y que han sido diseñadas para «combatir la pandemia del coronavirus, al tiempo que sentar las bases de ... la recuperación». Sin embargo, dichas cuentas inician su tramitación parlamentaria sin contar con los apoyos garantizados, toda vez que Vox mantiene el pulso y no termina de garantizar su respaldo tras el varapalo recibido por Pablo Casado durante la moción de censura presentada por el líder de la formación de ultraderecha Santiago Abascal.
El consejero de Hacienda, Juan Bravo (Cs), describió las cuentas para el próximo año como «realistas», «rigurosas y «creíbles», poniendo el acento en el aumento respecto al pasado año, un 3,7% más debido en parte a la inyección de 2.100 millones por parte del Gobierno central y al aumento de ingresos por permitido por el endeudamiento del 2,2% del PIB. Asimismo, desde el Ejecutivo subrayaron que Sanidad, Educación y protección social se llevan el grueso de la asignación (55,9%), por lo que entienden que no debería haber problemas en lograr cierto respaldo de la oposición.
Además de incluir una partida de 450 millones para gastos extraordinarios derivados del coronavirus, el Ejecutivo andaluz considera que son unas cuentas que aún están abiertas a la negociación con el resto de fuerzas políticas para lograr un respaldo unánime debido a las actuales circunstancias. «Nuestro objetivo es que por lo menos no encuentre ningún voto en contra», reconoció Bravo.
Desde el PP no ocultan que Vox sigue siendo el socio «preferente» y «prioritario», y pese al enfado mostrado por la organización, confían que acabarán dando su apoyo para evitar que sea el PSOE quien lo haga, de ahí que hayan optado por no esperar más e iniciar ya la ardua tramitación parlamentaria para que las cuentas estén en vigor en enero. En última instancia, Moreno Bonilla podría aguantar y prorrogar las cuentas actuales.
No es la primera vez que Vox tensa la cuerda en este sentido para arrancar algunos compromisos. Ya ocurrió el pasado ejercicio, cuando la formación de ultraderecha amenazó hasta el último minuto con una enmienda a la totalidad. De momento, en portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, reconoce que los contactos se mantienen, aunque en sus redes sociales ya deslizaron que mantendrán el pulso de nuevo hasta la presentación de las enmiendas.
«Seguimos siendo una fuerza leal, seria y responsable», lanzaba el martes Hernández, «nosotros estamos donde estábamos, no hemos variado, y ellos ya saben qué es lo que queremos». Una propuesta de Vox que incluye compromisos aún no cumplidos de otras negociaciones, como la reducción de ayudas a asociaciones de memoria histórica y feministas, la repatriación de los menores inmigrantes no acompañados o incluso el cambio de denominación de la televisión autonómica. Así, añadió que «si se negocia con otras fuerzas en busca de esa deseada unanimidad, nosotros lo que hacemos es esperar a que nos cuentan si llegan a algún acuerdo con ellos para ver si es algo que podamos asumir».
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