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El PP retomó este domingo, a poco más de 48 horas de que se vote la ley de amnistía en el Congreso, su ofensiva en la calle contra la medida de gracia y las «cesiones» de Pedro Sánchez al independentismo. Esta vez con la plaza ... de España de Madrid como telón de fondo, donde se congregaron 70.000 personas según la organización, una cifra que la Delegación del Gobierno rebajó a 45.000. Las últimas enmiendas negociadas entre el Gobierno y Junts y Esquerra para modificar la definición de delitos de terrorismo incluida en el texto sirvió para renovar el argumentario con el que Alberto Núñez Feijóo lleva golpeando al PSOE desde final de verano, cuando empezaron a organizar estas concentraciones, siempre multitudinarias.
Y fue precisamente esta cuestión la que centró las principales críticas del líder gallego: «No hay corrupción buena o mala y no hay terrorismo bueno o malo. Lo que sí hay es un Gobierno nefasto que no tiene vergüenza».
Feijóo estuvo acompañado en la tribuna por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso –la más jaleada por el público como en otras ocasiones–. También por los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, y por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Rodeado de los suyos y acompañado de una benigna climatología, el presidente de los populares recuperó la metáfora del muro con la que Sánchez defendió su investidura en noviembre. Si el dirigente socialista afirmó entonces que su Gobierno iba a «poner un muro contra la expansión de la extrema derecha», el líder gallego tildó esta imaginaria barrera como «una ignominia para separar a los españoles». «Han cambiado impunidad por poder, han creado una casta de políticos a los que le perdonan delitos a cambio de su apoyo», justificó.
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Son las «contradicciones» del presidente del Gobierno lo que buscan explotar desde Génova de cara a un nuevo ciclo electoral cuya primera fase comenzará el viernes con el inicio de la campaña de las elecciones gallegas, fijadas en el calendario el 18 de febrero. Martínez-Almeida, el primero en intervenir, recordó la visita de Sánchez a los policías heridos durante las algaradas de octubre de 2019, cuando se hizo pública la sentencia a los líderes del 'procés', y le retó a «volver a visitar a esos agentes». «Diles que su sacrificio por España no te importa nada, que sus heridas e incapacidades permanentes no importan. Que ahora les abandonas y les dejas tirados», apeló al dirigente socialista, tras calificarlo de «cobarde».
Le tomó el relevo Ayuso, que tiene tomada la medida a su discurso para encender a los suyos y provocar el mismo efecto en los asistentes que portaban insignias de Vox –los menos numerosos después de que el partido de Santiago Abascal decidiera desmarcarse de la cita–. La presidenta madrileña no dudó en llamar «mentiroso» a Sánchez y le acusó de «criminalizar la vida normal y normalizar el crimen. Porque pacta con el crimen».
Con los ánimos ya encendidos, tomó la palabra Feijóo, que tuvo un primer recuerdo para Eugenio Nasarre, exdiputado del PP, secretario general de Educación con Aznar y exdirector general de RTVE, que había fallecido el día anterior.
El presidente del PP aseguró que Sánchez «será castigado en las urnas» y su Gobierno tendrá «un final más pronto que tarde» porque «España no se vende» y prometió una «tormenta de dignidad» en todo el país que «cada día es más fuerte». A su entender, los españoles no van a «pasar una a este Gobierno».
Tras censurar que la primera ley que va a aprobar este Gobierno es la amnistía, insistió en que España no se va a «rendir», después del «ejercicio de corrupción política» del Gobierno de «comprar» una investidura «con la chequera pública y los derechos de los españoles».
Tampoco dudó en calificar a Sánchez como el «peor presidente de la historia de España», y lo hizo comparándolo con José Luis Rodríguez Zapatero. «Veis que Zapatero le acompaña a todas partes para preocuparse de que Sánchez, y no él, sea recordado como el peor presidente de la historia de España. Pasará a la historia por sus mentiras disfrazadas de cambio de opinión. Por su codicia disfrazada de presidente. Por venderse él, vender al PSOE y a España», culminó.
El de este domingo fue el séptimo gran acto organizado por el PP desde el verano para clamar contra las negociaciones del Gobierno. Ylo cierto, a la vista de la respuesta de los asistentes, es que los populares están consiguiendo mantener el pulso en las calles con esta nueva protesta, que según las cifras facilitadas se sitúa como la segunda más multitudinaria. A la celebrada en noviembre en la Puerta del Sol acudieron cerca de 80.00 personas y tuvo réplicas en las capitales de provincia de todo el país.
Yla intención de Génova es no parar el ritmo. El PP ya han activado su «modo electoral» con la intención de recorrer España con una caravana los próximos meses para hablar con ciudadanos que tengan como objetivo «parar los pies a los que pretenden trocear, dividir, fracturas y levantar muros entre españoles».
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