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Si Miguel Gila viviese hoy es muy posible que hiciese un monólogo con su particular teléfono que comenzase con un: '¿Es el okupa? Que se ponga'; al estilo de aquellos que tanta celebridad le dieron que, como muchos recordarán, comenzaban con: «¿Es el ... enemigo? Que se ponga».

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eldiariomontanes ¿Es el okupa? Que se ponga