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El PP y Junts se reunieron en el mes de agosto en un hotel de Barcelona para sondear un posible acuerdo de investidura, justo antes de la constitución de la Mesa del Congreso. Estos contactos ya se hicieron públicos en el mes de septiembre, por ... parte de uno de los intervinientes, Daniel Sirera, líder del PP en la capital catalana. Y como entonces, la revelación del encuentro causó mucha incomodidad en el PP, que se enzarzó de nuevo con el PSOE a cuenta de las relaciones de unos y otros con los independentistas. A día de hoy, Feijóo solo podría llegar a la presidencia del Gobierno si logra que Junts o el PNV apoyen una moción de censura, junto a Vox, Coalición Canaria y UPN.
Los populares admitieron este miércoles la reunión con Junts, pero intentaron rebajar su alcance. Dijeron que solo fue «un café», que se limitaron a escuchar las posiciones de Junts, que al conocerlas se levantaron de la mesa y que el encuentro se circunscribió a concejales de Barcelona. Asistieron Josep Rius y Albert Batet por parte de Junts y Daniel Sirera, por el lado popular. También el consultor político Xavier Domínguez. Rius y Sirera son corporativos en el Ayuntamiento de Barcelona, pero Batet no. Es el jefe de filas de Junts en el Parlamento catalán. Rius, además, es vicepresidente de la formación y dirigente de la máxima confianza de Carles Puigdemont. Era su jefe de gabinete durante los críticos acontecimientos de octubre de 2017. En la línea de atenuar la relevancia de la charla, el PP añadió que ni Batet ni Rius son prófugos de la justica y que no es lo mismo , por lo tanto, que sentarse con Puigdemont como hizo Santos Cerdán, que negoció y pactó la investidura en nombre de Sánchez.
El PP sondeó a los soberanistas, pero negó de manera categórica que negociara con ellos la investidura de Alberto Núñez Feijóo. «Salí del encuentro consciente de que era imposible iniciar una negociación con Junts porque pedían la amnistía y un referéndum», explicó Daniel Sirera en Rac-1. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, afirmó que elevar la cita a una negociación de investidura es una «broma». «Que yo sepa, estamos hablando de un café entre un concejal del PP y uno de Junts. Un café entre dos políticos. Yo no lo llamaría negociación», dijo.
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Junts también habló de que fue un encuentro «informal», no oficial, y a petición del PP, mientras que los populares insinuaron que quienes la habían reclamado eran los soberanistas. Los de Puigdemont dejaron claro en la conversación que no participarían en ninguna ecuación junto a Vox. En verano, el PP se abrió a dialogar con los junteros. Hubo un cambio de discurso en relación al partido catalán. «Junts es un grupo parlamentario que, al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, las que fueran, llevaran a cabo, representan a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda», afirmó entonces Esteban González Pons.
Se especula con que el propio González Pons se reuniera con Jordi Turull. «Probablemente, encuentros informales entre diputados y concejales ha habido en la cafetería del Congreso, del Senado o de cualquier parlamento autonómico o ayuntamiento», expresó Tellado. «Una vez vista la rueda de prensa que Puigdemont ofreció en Bruselas (el 5 de septiembre), quedó claro que no había posibilidad de ningún tipo de conversación con Junts porque sus exigencias eran inconstitucionales e ilegales, y solo estaban a la altura del PSOE», remató.
Según el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Feijóo, su jefe, no estaba al tanto de la reunión, pero sí fue informado con posterioridad. En las filas de Junts, alguien tan curtido como Xavier Trias constató que las vías de comunicación entre ambos partidos existen. «Hace años que nos conocemos. Pero el PP está muy desorientado, está muy influenciado por Vox. Lo está haciendo muy mal y se equivoca», afirmó.
PP y CiU fueron socios en los años 90 y entre 2010 y 2012, justo antes del inicio del 'procés'. Pero ahora, esos contactos con los secesionistas causan malestar en sectores de la derecha. Hay dirigentes que los han censurado, como el expresidente José María Aznar o el propio líder en Cataluña, Alejandro Fernández. Los populares basan buena parte de su estrategia de oposición en recalcar las relaciones de Pedro Sánchez con el independentismo y las cesiones que ha tenido que asumir para ser presidente del Gobierno. Feijóo siempre dice que si hubiera hecho las mismas concesiones, hoy estaría en la Moncloa.
El PP está tan incómodo en relación a los contactos con Junts que Tellado, en un primer momento, dijo este miércoles que desconocía las informaciones sobre la reunión con los junteros y horas después admitió la cita, eso sí, intentando rebajarla. El PSOE aprovechó para atizar y buscar un atisbo de contradicción en el discurso de los populares. Los socialistas les instaron a que dejen de dar «lecciones», les reclamaron transparencia y que le «cuenten a los ciudadanos cuántas reuniones más han mantenido con Junts y de qué temas hablaron». «Que lo diga con claridad: Junts, el partido liderado por Puigdemont, es un interlocutor válido para el PP. Y que se lo explique a Aznar, Ayuso y a Cayetana Álvarez de Toledo», señalaron fuentes socialistas.
Puigdemont ya ha advertido al presidente del Gobierno de que estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con el PP para tirar adelante una moción de censura si los socialistas incumplen los acuerdos de investidura. Moción que Feijóo está dispuesto a plantear, según dijo en una entrevista con este periódico, si la legislatura «encalla» y solo para convocar elecciones.
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