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A juicio de Ignacio Marco-Gardoqui, para conocer la realidad coyuntural uno puede sentarse frente al televisor y aceptar los discursos gubernamentales o, por el contrario, asomarse a la ventana y observar directamente la calle. En el primero de los casos, el paisaje es más ... liviano. Ni inflación ni deuda son obstáculos inabordables y más bien de carácter pasajero, más si cabe tras transitar por una pandemia o una guerra. En cambio, si se escruta la vía pública o se mira al cielo, el panorama presenta nubarrones, esos que centrarán las conversaciones y, desgraciadamente, la actividad política en los próximos años.
Esa fue la tesis con la que se presentó en el Hotel Bahía de Santander el hoy articulista de El Diario Montañés y ABC, entre otros, para participar en el Foro Económico de este periódico. Con una dilatada trayectoria como directivo, empresario y académico, Marco-Gardoqui abundó en que «el problema de las cuentas públicas es el que nos va a dar más disgustos en los próximos años». Y tocó uno de los temas mas en cuestión, el futuro del sistema de pensiones y las reformas que tratan de aplicarse. Un asunto sobre el que entre la gente «no hay sensación de problema serio. La sociedad no está sensibilizada con que viene una gorda y los políticos no están por la labor», lamentó.
En un acto presentado y moderado por el director de El Diario, Íñigo Noriega, el invitado, con su conferencia titulada 'Tres problemas, ¿irresolubles?', removió conciencias entre los asistentes a la última sesión de este evento antes del fin de curso estival. Recordó que, décadas atrás cuando empezó a trabajar, España tenía tres grandes debilidades: paro, precios y poca salida al exterior de sus empresas. Ahora, en un mundo totalmente diferente, la internacionalización corporativa es algo más que asumido, tanto en ventas como en capitalización, mientras que las tribulaciones ligadas a la inflación han regresado y el paro, en su opinión, ha cambiado de nombre con la reforma laboral y esa mutación de contratos temporales en fijos discontinuos. «En el empleo nos conformamos con muy poco. Duplicamos la media de desempleo europeo».
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Sobre la inflación, señaló que «es la peor enfermedad de una economía. Castiga al ahorro y es el impuesto más regresivo. ¿Van a bajar los precios? No lo sé. Se ha dicho que es culpa de la guerra de Putin –ironizó–. ¿Cuando se acabe el conflicto caerán los precios? ¿Por qué lo iban a hacer si ahora que están más caros la gente sigue comprando?», reflexionó.
Aquí se detuvo igualmente en las preocupaciones empresariales, con una subida interanual en abril de los precios industriales del 46%, que aún restando el componente energético se mantiene en un nada despreciable 15,6%. Menos márgenes y con la lógica pretensión de los trabajadores de no querer perder poder adquisitivo.
Como respuesta, los anuncios de los bancos centrales, aunque el diagnóstico no es el mismo a ambos lados del Atlántico. En Estados Unidos, opinó, la inflación tiene un componente clarísimo de demanda; mientras que en Europa es de costos. La subida de tipos funciona muy bien en el primero de los casos, pero puede retraer el consumo igualmente en el Viejo Continente, cuando precisamente es uno de los motores que mantienen el crecimiento.
Sin embargo, para Marco-Gardoqui el meollo de la cuestión se centra en la deuda, que supera los 1,4 billones de euros en España, por encima del 120% del Producto Interior Bruto (PIB). Tras incidir en que cuando el país entró en la Unión Europea el compromiso era bajar esa ratio a la mitad, al 60%, puso el foco en el incremento de los tipos de interés que ya ha adelantado el Banco Central Europeo (BCE).
«Llevamos desde 2008 acumulando déficit presupuestarios. Hemos convertido todas las obligaciones en derechos. Las autoridades financieras salieron escaldadas de la intervención en Grecia y la crisis reputacional derivada».
En síntesis, tiempos en los que financiarse volverá a ser más caro, en especial en cuanto se acabe la 'barra libre' del BCE. Eso llevará de nuevo a un mayor protagonismo de la prima de riesgo. El invitado no ve que el país vaya a caer, en especial porque Europa le acabará sosteniendo, pero con un coste. «En algún momento Europa nos va a hacer un 'nuevo momento Zapatero'. Vendrán los hombres de negro y nos obligarán a un plan de sostenibilidad con ajustes y recortes», reiteró.
Algo de «lo que nadie quiere hablar, menos los políticos», pero que implicará menos gasto público. Entre otros asuntos, en el sistema de pensiones. «No se va a acabar pero no se sostiene. No se puede alargar la vida laboral unos meses cuando la esperanza de vida crece en décadas. De media, a los 13 años un pensionista ya ha recibido todo lo que ha puesto. Quizá resulte impopular, pero creo que las pensiones altas son demasiado altas».
Frente a este discurso, la percepción colectiva. «No hay sensación de problema serio. La sociedad no está sensibilizada con que viene una gorda y los políticos no están por la labor», repitió.
Con la ironía que destila en sus artículos en el periódico, Gardoqui puntualizó que «la buena noticia es que es muy fácil salir de este lío».
¿Cómo? En primer término, «contar la verdad. No se puede decir que estamos bien cuando estamos mal». En segundo término, «ser consecuente» y actuar en consecuencia.
La pregunta evidente es ¿quién está dispuesto a afrontar estos problemas? «No alguien que quiera ganar elecciones», admitió el invitado, dejando claro que tendrá que ser Bruselas quien ponga el cascabel al gato de los desequilibrios de las cuentas públicas.
Un último Foro Económico que una vez más contó con el patrocinio de Unicaja Banco, así como con la colaboración de Galletas Gullón, Ontier y EDP. Un cierre de curso que permite una pequeña relajación ante la vorágine que espera a partir de septiembre.
Cantabria
Como colofón de su visita a Santander, Ignacio Marco-Gardoqui analizó la situación de Cantabria y las posibilidades de desarrollo de la Comunidad. El conferenciante regresó a lo que ya había apuntado en ocasiones anteriores: «Estoy convencido de que Cantabria tiene un gran potencial dentro del turismo de calidad».
A su juicio, «la deslocalización del trabajo puede brindar nuevas oportunidades para territorios con una orografía amable y con atractivo, en el sentido de captar trabajadores que prefieran vivir aquí».
Para Gardoqui, «Cantabria no se tiene que mirar en el espejo de Madrid, sino en el de ciudades como Málaga, que con esta estrategia se están convirtiendo en un polo de atracción de talento e inversión. Eso hay que explotarlo», añadió.
Como puntos de mejora para que la región pueda explotar sus potencialidades, un tema también recurrente. «Las comunicaciones son algo fundamental. A ver si cada vez que le 'venden' a (Miguel Ángel) Revilla el tren a la Meseta o Bilbao se hace».
Además, repasó el «Estado de las autonomías. Creo que por satisfacer a País Vasco y Cataluña, y posteriormente a Galicia, se hizo algo que, coincidimos todos, hoy no se haría de igual manera. Hemos montado un sistema que es un caos», explicó el analista en relación a las administraciones superpuesta
Bajada del IVA de la luz
Casi en tiempo real, Ignacio Marco-Gardoqui fue cuestionado por el anuncio del presidente de España, Pedro Sánchez, en relación al descenso del IVA de la electricidad del 10 al cinco por ciento. «Me parece bien. El Gobierno se estaba forrando por la proporcionalidad de impuestos a la electricidad y combustibles. Tiene margen porque en estos meses ha hecho mucha hucha. Todo es un juego de ajustes, pero me parece bastante lógica».
Prima de riesgo
La prima de riesgo, después de varios años en que había quedado olvidada, vuelve a recuperar espacio en el discurso económico. «Sin duda va a volver a ser protagonista», aseguró Marco-Gardoqui, para agregar que «al menos hasta que el Banco Central Europeo descubra una fórmula para el sostenimiento de la deuda de los países del sur», manifestó.Otra cuestión, reiteró, serán las consecuencias de ese respaldo...
Funcionarios
Sobre el creciente peso del empleo público frente a la irregularidad del sector privado, el invitado empezó admitiendo a la pregunta de si sobran funcionarios que «la pandemia y las circunstancias han elevado las necesidades sanitarias...».Acto seguido, la opinión. «Creo que el entramado es adelgazable», expresó, para mostrar su rechazo a tantas administraciones superpuestas. «No necesitamos tantos vigilantes».
IRPF y rentas
¿El esfuerzo fiscal en materia de renta recae en las rentas bajas? ¿Qué papel juega la elusión fiscal? «Es un juego de equilibrios. Tienen más peso las rentas bajas porque hay más gente con ese tipo de ingresos. De lo que se trata es de que la clase media sea más alta, frente a otros que abogan por que los ricos sean menos ricos. Me encantaría que hubiera más ricos. Más Amancio Ortega y Juan Roig. Yo no soy envidioso», zanjó.
Coste de la sostenibilidad
El esfuerzo de Europa por reducir sus emisiones de CO2, así como sus efectos, mientras territorios como China aumentan sus fábricas de carbón, también salió a relucir. «El suelo se puede parcelar, pero el aire no. Estamos muy preocupados por que el planeta no se vaya al carajo, pero a un coste tremendo. La clave está en producir más y más barato. Mientras tanto, hay que aplicar ajustes en frontera como los que ya plantea la UE».
Deuda crónica
«No somos conscientes del agujero en el que estamos», dijo Ignacio Marco-Gardoqui sobre la cronicidad de la deuda española. «Es algo obvio que no se va a poder reducir en unos pocos años. Pero tampoco hay que llevarlo al absurdo. Entonces, ¿por qué no nos endeudamos el doble? Pues porque en algún momento vamos a tener que pagarlo. En todo caso, hay que darle una vuelta al país», analizó el invitado al Foro Económico.
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