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El sábado 3 de junio falleció uno de los mejores líderes empresariales que he conocido en mi vida. Fue presidente del crecimiento empresarial de uno ... de los grupos empresariales más potentes de Cantabria; hizo crecer a Repostería Martínez, primeramente denominada como Martínez Hermanos, continuando el esfuerzo titánico que Epifanio Martínez, su padre, inició en la década de los años 50 del siglo pasado.
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Luis, junto con sus hermanos, llegaron a tener tres fábricas en España y una red comercial de 50 delegaciones, con más de 1.500 personas trabajando y una posición de liderazgo en el sector. Posteriormente dedicó todos sus esfuerzos profesionales a otros negocios y forjó en sus hijos el amor por el trabajo bien hecho.
Va a hacer 30 años en que, junto a su hermano Jesús, tuve la oportunidad de conocerlos y comenzar a trabajar para ellos; insuflaban ganas, empuje, determinación y bonhomía en su forma de ser y de hacer. Pero, ante todo, Luis demostró un profundo amor por su familia y por las personas que siempre creímos en su inmensa valía como empresario que amaba el trabajo, que lo dignificaba, en su máxima expresión y con el que era todo un lujo y un placer trabajar.
Luis hacía fácil lo difícil en el mundo empresarial; te animaba a seguir, a pesar de las dificultades inherentes a cualquier emprendimiento. Luis, eras atrevido, confiado en las personas, precavido en los negocios y digno hermano de tus hermanos; trabajar a tu lado, mejor dicho detrás de tus capacidades, fue un gran honor y un inmenso aprendizaje que no olvidaré mientras viva, igual que tantas otras personas que nos forjamos bajo tu iniciativa. Tantas veces viviera, tantas volvería a trabajar contigo. Tenías los dos ingredientes básicos que hoy se precisan en los directivos de alto nivel: De un lado organización, capacidad y estrategia para sacar adelante los proyectos y, por otro lado, sentido del humor para que ese camino de responsabilidad profesional fuera lo más agradable posible y así lo conseguías.
Como creyente que soy, creo que ya estás en compañía de ella, de Aurora, de tu mujer del alma. Disfrutaros eternamente.
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