La humanidad y cercanía de un devoto de la Neumología

Siempre discreto, humilde e infatigable, trabajó en el Hospital Comarcal de Laredo y en el Hospital Marqués de Valdecilla, dejando en ambos centros sanitarios una profunda huella como persona, como compañero y como clínico.

Desde sus primeras etapas como neumólogo, y sin dejar de atender otras muchas patologías respiratorias, se interesó y profundizó en el estudio y tratamiento del cáncer pulmonar, participando en múltiples foros nacionales e internacionales al respecto. Miembro destacado de la Sociedad Española de Patología Respiratoria (Separ), donde estaba trabajando en este preciso momento, liderando en Cantabria un atractivo proyecto encaminado hacia la detección precoz de esta enfermedad (estudio Cassandra) y en el que el Servicio de Neumología del Hospital Marqués de Valdecilla es uno de los Centros elegidos en España a tal fin.

En los últimos tiempos pudimos compartir varios enfermos y, en todos los casos, seguía destacando por el estudio detallado de cada proceso, pero también por ese componente de humanidad y de cercanía al paciente que le caracterizaban.

Gran amante además de la naturaleza, afición que compartía con su mujer y con sus cuatro hijas, de las que se sentía muy orgulloso y a las que le unía un profundo amor.

Nunca es fácil entender la muerte, y menos en la flor de la vida, sin señales previas o antecedentes relevantes, y con un brillante futuro en el horizonte. Al menos yo así lo siento ahora cuando pienso en ti, Mikel, como imagino que les estará ocurriendo a la mayoría de las personas que te conocían y con las que comparto ahora un profundo sentimiento de orfandad.

¡Te echaré mucho de menos, colega, compañero y amigo! ¡Descansa en paz!

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