Una institución del ciclismo y un servidor ejemplar en Limpias

Como ciclista, destacó por su fortaleza, lo que le convirtió en gran escalador y sprinter, condiciones que le llevaron a obtener muchas victorias. Aún muchos recuerdan que aquella joven promesa del ciclismo obtuvo su primera bicicleta profesional por cuestación popular.

Tuvo que dejar la competición de manera prematura para acudir al servicio militar, dedicarse al cuidado de su madre, a la que adoraba, y ganarse el jornal. Su taller de bicicletas en la Plaza del Rivero era el centro de reunión de la chavalería del pueblo. Pero, además, allí se reunía la élite ciclista de la comarca. Ilustres que paraban a charlar con Doro, su referente, a recibir consejos.

Como director deportivo educó y formó a generaciones de jóvenes ciclistas. Algunos llegaron al campo profesional, como el inolvidable Juan Manuel Santisteban, de quien fue mentor y director deportivo. De los de la última hornada, también dirigió a Isidro Nozal.

Persona muy querida en el pueblo, Doro trabajó en el Ayuntamiento de Limpias desde su adolescencia hasta su jubilación en el año 2003. Quienes le trataron recuerdan su seriedad y rectitud, pero también ese empeño en el servicio público y en ayudar a cuantas personas lo precisaban con interés y amabilidad. Hubo momentos en los que ejerció como secretario e incluso Juez de Paz.

Doro nunca dejó el mundo de la bici. «En Limpias nos queda su club ciclista, liderado por su querido sobrino Óscar, que mantendrá su recuerdo vivo, y el deseo unánime de la Corporación de que nuestro ansiado y ya cercano en materializarse polideportivo llevará el nombre de Isidoro Rodríguez Arce, en recuerdo y honor a su gran relevancia en nuestro pueblo», anuncia la alcaldesa de Limpias, Mar Iglesias.