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Fue una mujer sencilla, que siempre transmitía alegría, con una sonrisa que la acompañó durante su larga vida. Trabajadora ejemplar y cocinera a la antigua usanza, Socorro Díez se mantuvo siempre fiel a la cocina tradicional, con platos que ya elaboraba su madre y que ... eran reflejo de una gastronomía en la que la materia prima de calidad era la principal garantía de su éxito. Así era y así vivió, Socorro Díez, conocida por todos en Potes como 'Corro', quien junto a su esposo, Pedro Terán (ya fallecido), fundó el bar-restaurante El Bodegón, en la calle San Roque de la villa lebaniega, en 1950, un establecimiento que convirtieron en referente gastronómico de la comarca.
Corro ya trabajaba en los fogones en los años anteriores al boom del turismo en Liébana. En su cocina elaboraba los platos que se degustaban en el comedor del establecimiento que regentaba su esposo además de ocuparse de la crianza de sus dos hijos, Pedro y Ángel.
En octubre de 2014, en el Centro de Estudios Lebaniegos, dentro de los actos de la V Fiesta del Cocido Lebaniego, Corro recibió el Garbanzo de Oro junto a otras diez veteranas cocineras de Liébana y Peñarrubia. Se reconocía así toda una vida de trabajo entre pucheros así como su condición de transmisoras de una cocina tradicional con productos de primera calidad. Fue un acto emotivo, que sirvió para homenajear a once mujeres que procuraron ofrecer a sus clientes las mejores recetas tradicionales, donde el cocido lebaniego ha sido uno de los platos más demandados. Tres años antes, El Bodegón había sido distinguido como Mejor Restaurante de 2011 por la Asociación Gastronómica de Cantabria, reconociendo de este modo la brillante trayectoria del local hostelero.
En los últimos años, Corro, acompañada de su hermana Estrella, caminaba cada día por las calles de Potes, un paseo en el que siempre tenía un momento para entablar conversación con sus vecinos.
Su hijo Ángel, junto con su esposa Magdalena al frente de los fogones, sigue ahora la trayectoria familiar, y sus nietos, Pedro y Magdalena, se tienen que sentir orgullosos de una mujer sencilla, trabajadora y profundamente religiosa, en cuyo seno sin duda la acogerá la Virgen de Valmayor, patrona de Potes, a quien tenía un gran devoción.
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