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Víctimas de la fiesta

Víctimas de la fiesta

Atlantic City es la última ciudad en prohibir la suelta de globos. Algunos son biodegradables, pero los animales los confunden con comida y mueren. Y derrochan helio, un gas escaso y valioso

iNÉS GALLASTEGUI

Sábado, 25 de febrero 2017, 08:20

Son los invitados que nunca pueden faltar en una fiesta. Los niños los adoran. Ligeros, coloridos, alegres y con una irresistible atracción por la libertad. Cuando uno ve un montón de globos elevarse hacia el cielo, no puede evitar una mirada soñadora. ¿A dónde ... irán? Es bonito imaginar que siguen subiendo hasta llegar a las estrellas, que se convierten en testigos de lo humano en los confines del universo. Bonito, puede, pero más falso que un billete del Monopoly. La realidad es mucho más cruda: una vez que explotan o se desinflan y siempre lo hacen, caen al mar o a la tierra, donde quizá acaben asfixiando a una tortuga marina, enredando las alas de un ave o bloqueando el sistema digestivo de un rumiante.

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