!["El proyecto ha sido complejo, pero eso ayuda a tener tan claro el final"](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/pre2017/multimedia/noticias/201705/06/media/cortadas/botin-kEyB-U30198659275id-490x578@Diario%20Montanes.jpg)
!["El proyecto ha sido complejo, pero eso ayuda a tener tan claro el final"](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/pre2017/multimedia/noticias/201705/06/media/cortadas/botin-kEyB-U30198659275id-490x578@Diario%20Montanes.jpg)
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Guillermo Balbona
Domingo, 7 de mayo 2017, 09:06
¿En qué medida cree que la apertura del Centro Botín transforma la ciudad?
Por ahora espero que esté ayudando a vivir el centro de Santander de un modo distinto, más volcado a la Bahía. A futuro, y a medio y largo plazo, la Fundación ... tendrá que demostrar que verdaderamente las artes, como dice Renzo Piano, nos hacen mejores. No se busca una transformación ni rápida ni radical, éste es un paso más importante, eso sí, en la ya larga trayectoria social de la Fundación Botín.
¿Cómo valora su integración?
Cuando la gente tenga la posibilidad de pasearlo y de vivirlo descubrirá que la intervención en su conjunto logra generar lo que se pretendía, nuevos espacios de convivencia. Eso es lo más importante. Respecto a la integración en el paisaje, personalmente me sigue sorprendiendo cómo Piano ha logrado utilizar la luz con el revestimiento cerámico. La luz de Santander es lo que más le impresionó desde el principio, y creo que la aprovecha muy bien. También me parece que el juego con los jardines, especialmente con el pavimento azul y con los árboles, es muy interesante.
¿El mayor y más urgente reto radica en implicar a la sociedad?
Partimos con la ventaja de que la Fundación ya es parte de la sociedad cántabra. Este proyecto es un paso más en una trayectoria ya larga, en la que la sociedad cántabra ha estado absolutamente implicada y, más aún, ha sido protagonista. El Centro Botín es una iniciativa de la Fundación, pero siempre ha sido concebido como un proyecto de todos y para todos.
¿La muerte de Emilio Botín marcó un antes y un después?
No, el Patronato y, por supuesto, nuestro presidente, Javier Botín, han mantenido en todo momento el mismo compromiso con el CB. El fallecimiento de Emilio Botín fue un momento muy duro, claro, pero más en lo personal que en lo institucional. Las fundaciones son instituciones de largo plazo.
Numerosas voces han coincidido en lamentar, a través de estas páginas, la falta de transparencia de la Fundación. ¿Qué opina?
Durante estos años hemos hablado del proyecto con miles de personas, de todos los colectivos, y hemos escuchado a muchísima gente que ha aportado ideas muy buenas. Respecto al desarrollo de la obra creo que no hay más que repasar las páginas de este periódico durante estos años para comprobar cómo se han ido dando detalles de cada avance. Lo que no hemos dicho hasta que estábamos seguros de poder cumplirla es la fecha de apertura. En cualquier caso, mucho más importante que el cuándo es el qué, el cómo, y sobre todo el para qué. En lo que se refiere a la identidad, aunque la hemos explicado decenas de veces, es normal que no acabe de estar claro. Lo estará cuando la gente lo experimente, lo viva, lo disfrute. Eso pasa con todo.
¿Es cierto que Emilio Botín llegó a plantearse el traslado del Centro fuera de Santander?
No. El Centro Botín es fruto del compromiso de la Fundación Botín, de su Patronato y muy especialmente de Emilio Botín, con esta región. El Centro es la mejor forma que en su momento encontró el Patronato de responder aquí y ahora a la misión por la que Marcelino Botín y Carmen Yllera crearon la Fundación: contribuir al desarrollo social de Cantabria.
¿En algún momento vio peligrar el proyecto?
No. Renzo dice que la arquitectura es una lucha, y nada que sea importante es fácil. El proyecto ha sido complejo, pero cuando un camino es complicado ayuda mucho tener tan claro el final. Y sobre el final, sobre el fin, en este caso no ha habido ninguna duda.
¿Por qué tanto recelo y cierto secretismo en torno a las obras del CB?
No creo que haya habido ni de lo uno ni de lo otro. Y sinceramente creo que la inmensa mayoría de los cántabros tampoco lo cree. Por un lado las obras han estado siempre ahí, a la vista de todos, pero además se ha informado muchísimo a través del boletín mensual de amigos, de multitud de ruedas de prensa, de exposiciones, y de decenas de sesiones informativas abiertas y para colectivos concretos.
Hay muchas opiniones contrarias a la instalación de la pantalla sobre el volumen Oeste. ¿Qué opina?
Es la primera vez que lo oigo. De todos modos, si algo nos ha gustado siempre de todo el equipo de Piano, y ha ayudado a que nos entendamos tan bien, es lo claro que tiene que un edificio es para algo. Y en el caso concreto de la pantalla, su función está clarísima y esperamos que todos la podamos disfrutar mucho. Pensar en un edificio como algo que tiene que tener una singularidad arquitectónica, así, en abstracto, puede ser muy peligroso. Creo que la arquitectura sobre todo es el arte de crear espacios, espacios para algo, y casi siempre espacios para encontrarse. Las conversaciones con los arquitectos y con tantos otros equipos que han participado en el proyecto siempre han sido funcionales. Y eso es buenísimo.
¿La programación estará mediatizada por el coste del edificio?
En la Fundación, como en todas las instituciones, por supuesto el presupuesto es un límite que influye. Pero con límites, siempre que sean razonables, siempre se es más creativo. En los últimos años la Fundación ha logrado encontrar formas de incrementar muy significativamente el impacto social de sus programas (que es lo que importa) con una mayor eficiencia. En parte porque algunos proyectos ya estaban maduros y no necesitaban las inversiones iniciales, en parte gracias a colaboraciones con otras instituciones tanto del sector privado como social, y en parte porque se han puesto en marcha procesos más eficientes. Los programas de educación, de ciencia o de desarrollo rural son buenos ejemplos de ello. Respecto al CB lo que hará será desarrollar y potenciar la actividad sobre todo artística, pero también formativa y cultural, que la Fundación viene desarrollando desde hace tanto tiempo.
¿La Fundación se ha sentido presionada por el Ayuntamiento?
No, la colaboración con el Ayuntamiento, con el Gobierno y con el Puerto han sido siempre de la máxima confianza y colaboración. Todos teníamos clarísimo que mucho más importante que hacerlo rápido era hacerlo bien.
PERFIL
Relevó en 2009 a Rafael Benjumea Cabeza de Vaca en la dirección general de la Fundación Botín. Íñigo Sáenz de Miera (Madrid, 1971) sociólogo por la Universidad Complutense, desembarcó en la institución santanderina unos meses antes al ser nombrado subdirector. Diplomado en Ciencias Sociales por la Universidad de Kent, donde también cursó un Máster en Sociología Política, posee un diploma en Ciencias Ambientales por la Universidad de Harvard, y el Stanford Executive Program (SEP) de la Graduate School of Bussines de esa Universidad. Ha sido profesor en la Universidad Francisco de Vitoria (donde ejerció como director general) y de postgrado en la San Pablo CEU. Puso en marcha de la Escuela de Liderazgo Universitario con elSantander, así como el Programa de Becas Europa. Durante dos años estuvo al frente de la dirección del Grupo Integer para España, colectivo educativo con más de 15 centros privados y concertados en todo el país.
El ministro de Fomento lamentó que no se hubiera informado al Gobierno de España de la fecha de apertura. ¿Cómo son las relaciones con De la Serna?
Muy buenas, como con todos los que están o han estado al frente de las instituciones, con las que, como le decía, siempre hemos tenido una relación muy cercana y de confianza. Todos han estado en todo momento informados de los planes de la Fundación.
Las sinergias con el entramado cultural local, ¿serán una prioridad? ¿Qué protagonismo tendrán los artistas locales?
Por supuesto, será una prioridad igual que lo ha sido siempre. El programa de artes plásticas del Centro Botín, como sabe, gira en torno a las becas, a los talleres y a la investigación en dibujo, y el objetivo de la Comisión de Artes Plásticas es ofrecer una programación de excelencia. Creo que ese es el mejor servicio que podemos dar a los artistas y agentes culturales de la región. Cualquier artista sabe, además, que al arte y a la cultura las fronteras no les sientan bien. Por otro lado, son muchos los proyectos que en los últimos años han puesto en contacto a los artistas de aquí con los que han venido, y queremos que así siga siendo. La exposición de Sol Lewitt fue un buen ejemplo de ello.
¿Qué opinión le merecen los proyectos del Reina Sofía y del Mupac?
Me parecen dos iniciativas de una gran trascendencia, con las que espero y deseo que podamos trabajar mucho juntos.
Se anuncia el acceso gratuito y una próxima política de precios. ¿Por qué?
Estamos siguiendo la línea de todos los centros de arte del mundo. Esta era, además, casi una exigencia de muchos agentes culturales de Santander. El pase permanente para los cántabros tiene mucho que ver con lo que decía al principio: el principal compromiso del Centro Botín es con el desarrollo social de Cantabria.
¿Tiene diseñada ya la Fundación una programación a medio plazo?
Sí, se ha dado a conocer la programación artística de 2017, y en su momento se comunicará la de 2018, que está prácticamente cerrada. Los centros de arte trabajan con mucha antelación. Respecto a la actividad cultural, en breve daremos a conocer la programación completa hasta diciembre, no se han podido cerrar muchas cosas hasta no saber qué día se abría. La actividad formativa está también muy clara porque, de nuevo, es una continuación de lo que ya se hacía.
"Un innovador programa formativo en colaboración con la Universidad de Yale...". ¿Qué pasos dará la Fundación para comunicarlo?
Ya se ha comunicado muchísimo, no sólo en estos meses sino durante los últimos años. Los miles de niños que en los últimos años han pasado por el programa de educación responsable, y sus familias, por ejemplo, lo conocen muy bien, así como los alumnos del máster en inteligencia emocional y social y de la creatividad, o los cientos de personas que han participado en talleres y cursos. Pero no se trata sólo de seguir contándolo, que lo haremos, sino de lograr que más personas lo experimenten. Es en ese momento cuando de verdad se entiende.
Radiografía en corto
Defina el Centro Botín de una manera rotunda
Es un centro de arte con una misión social. Desde el principio fue pensado como lugar de encuentro para todos, para que forme parte del día a día.
Describa su modelo de ciudad
Un lugar de encuentro. Es preciso lograr entre todos la generación de espacios de encuentro. La creatividad está siempre en ese encuentro.
¿Hacia dónde debe dirigirse el Santander del siglo XXI?
Hacia el futuro, que está lleno de oportunidades, pensando siempre en el largo plazo. Sin pausa pero sin prisas.
¿Aspira el Centro Botín a ser la marca de Santander?
No es ese su objetivo, pero sí espera contribuir al posicionamiento de nuestra ciudad en España y en el mundo.
¿Qué tres medidas abordaría para transformar la ciudad?
Creo que se trata más bien de seguir mejorando, no de trasformar. En cualquier caso, nunca lo haría con urgencia.
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