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María de las Cuevas
Martes, 23 de mayo 2017, 08:37
Investigadores del grupo Electrónica, Comunicaciones y Telemedicina de la Universidad de Almería han instalado en la cueva de El Soplao un nuevo sistema que permite monitorizar en tiempo real variables de conservación de cuevas visitables, de forma que se podrán tomar medidas para evitar ... los daños de las visitas masivas. La cueva cántabra descubierta a principios del siglo XX ha sido la elegida para implantar esta tecnología por ser una importante atracción turística en la zona, por su riqueza geológica y por los yacimientos paleontológicos, entre otros hallazgos, nuevas especies de insectos fosilizados en ámbar.
Este novedoso sistema ofrece segundo a segundo la información relativa a la cantidad de dióxido de carbono presente, humedad, temperatura, lluvia, fuerza del viento, dirección de éste y presión barométrica, según han explicado los investigadores en el artículo A real-time underground environment monitoring system for sustainable tourism of caves, publicado en la revista Journal of Cleaner Production y recogido por Europa Press.
Estas variables deben permanecer estables dentro de un rango para asegurar que el estado de la cueva se mantenga. Si en algún momento se altera alguna de ellas es posible actuar de forma inmediata para evitar "el más mínimo deterioro". Entre las distintas estrategias en la conservación de los espacios geológicos se encuentra la limitación de visitas, pero no siempre se disponen de datos concretos que determinen qué cantidad de turistas admite una gruta sin que se vea afectada. "Ejemplos como la cueva de Altamira, actualmente cerrada al público por los daños irreparables que se generaron con las visitas masivas, sirvieron para emprender medidas que eviten que esta situación vuelva a repetirse", afirma la investigadora de la universidad de Almería y autora del estudio, Nuria Novas.
Con este método, se puede conocer en tiempo real en qué estado se encuentra la cueva y aplicar medidas urgentes para que la regeneración se produzca y que así se pueda disfrutar sin una fecha de caducidad. Normalmente, los datos obtenidos se analizan al finalizar una visita y se observa cómo ha cambiado el microclima. En función de los resultados, la siguiente entrada se realizará pasado el tiempo suficiente para que la cueva se recupere y no se vea afectada por la intrusión. Más de 2.000 personas recorren cada día las distintas galerías de El Soplao durante los meses de julio y agosto, los de mayor afluencia.
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