Catalunya
Desde la comunidad catalana continúan amenazando con una sedición en toda regla o un golpe de Estado, si así lo prefieren, contra todo lo que lleve el nombre de España.
Claudio Acebo
Jueves, 1 de junio 2017, 07:22
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Claudio Acebo
Jueves, 1 de junio 2017, 07:22
Desde la comunidad catalana continúan amenazando con una sedición en toda regla o un golpe de Estado, si así lo prefieren, contra todo lo que lleve el nombre de España. Ninguno de estos movimientos sacia las ansias de sus dirigentes políticos, enrolados en una espiral ... de difícil salida a la que algunos auguran como fin inmediato una convocatoria de elecciones. Mientras las fechas se van arrancando del ya castigado calendario, se oyen voces de justicia para todos. Este sin retorno anunciado reiteradamente por la clase política catalana no puede pasar de puntillas ante la Justicia española. Algunos se acuerdan de otras tentativas acaecidas en nuestro país, como la Operación Galaxia y no digamos del fallido 23-F. Si en aquella ocasión se castigó a los culpables de aquel intento de aventura, ¿dejarán libres de cargos a los que han amordazado bajo su interpretación libre de la Ley toda esta locura que están padeciendo sus habitantes y el resto de españoles? La respuesta la veremos, espero.
Llegados a este punto no estaría de más pensar qué han hecho mal nuestros representantes electos para llegar a este estado de locura permanente de gran parte de los políticos catalanes. Los que consideraban que este paroxismo tendría punto final pensando que lo que no se consigue con dinero se logra con más dinero parece que no han acertado, al contrario. Pero lo que sí nos damos cuenta es que bajo el manto del independentismo las han liado pardas y ahora esta situación les viene como anillo al dedo para minimizar su golfería o el calificativo que deseen.
Los hay también quienes mencionan el famoso artículo 155 como la salvación a esta pesadilla: "Si lo dice la Constitución", insisten los que creen a pies juntillas en la Magna Carta. La contestación de los biempensantes no se hace esperar, sería una provocación. Entonces, ¿para qué está si no resuelve nada? Cambiémoslo. Es que les da igual porque, declaraciones al margen de la Ley, tenemos para dar y tomar de esa amplia representación de políticos díscolos. La impunidad es lo que prevalece, es la tapadera ideal para aquellos que, alegre e inconscientemente, aconsejan renegar del Estado en su sentido más amplio. Interpretan a su manera la definición de país, Estado y nación.
Quieren tapar sus vergüenzas y su despego con sus ciudadanos, machacando y van muchos años con la cansina independencia. Anda que si levantara la cabeza el Molt Honorable Senyor Josep Tarradellas y viera este esperpento Los mayorcitos aún recordamos el volem lEstatut gritado y aireado por el esperado President desde el balcón de la plaza de Sant Jaume , "Ciutadans de Catalunya: Ja sóc aquí!" ante una ciudadanía enloquecida Otros tiempos.
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