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María de las Cuevas
Domingo, 4 de junio 2017, 07:56
No buscan conocer Santander, ni la región, ni las playas o la comida. "Vienen a hacerse todas las salas de escape de Cantabria", afirma Marta Pérez, socia propietaria de Travel Lab, en Santander. Lo mismo ha detectado entre algunos clientes Sergio Rebollar, propietario del primer ... cuarto de estas características que abrió en la región, en 2015, la Xcapa. "Recibimos a gente que viene a Santander expresamente a jugar con nosotros y conocer otras distintas, mientras que ver la ciudad pasa a un segundo plano".
Se trata de una propuesta de ocio diferente que está proliferando en toda España y también en Cantabria, donde hay seis salas, cuatro de ellas abiertas en el último año, a las que hay que sumar una más gratuita, promovida por el Gobierno de Cantabria en Valderredible, una iniciativa para impulsar en la zona actividades de entretenimiento.
Este juego de moda lanza un reto que consiste en salir de un cuarto en el que estás encerrado utilizando tu ingenio, resolviendo enigmas y claves, poniendo a prueba todas las habilidad a tu alcance y trabajando en equipo. Tienes una hora para conseguirlo. "El juego pone a prueba al público, sus dotes para liderar equipos, para concentrarse, ser ingenioso y mantener la mente fría", explica Sergio.
El perfil de concursantes es muy variado: todo aquel que quiere romper con la rutina y vivir una aventura. "A todo el mundo le gusta jugar, da igual que seas joven o que pases de los 50, el espíritu de juego no se pierde". Y ese es uno de los motivos de éxito de la propuesta: que vuelves a hacerlo como cuando eras niño. "El 100% de los clientes sale entusiasmado, juega, se olvida de las redes sociales, de las pantallas del móvil... Durante los 60 minutos no importa nada de lo que ocurre fuera de la sala, se involucran totalmente en la partida".
Juego en equipo
Acuden grupos para celebrar despedidas de solteros, cumpleaños y eventos familiares en los que se unen tres generaciones. Por encima de los 14 años es lo recomendable. Estas salas se han convertido en un recurso también para las empresas. "Vienen compañías muy grandes a ponerse a prueba. Es curioso que el jefe no siempre es quien lidera. Es un juego, y como tal, sale el auténtico yo de cada uno", comentan en la sala Xcapa, situada en la calle Tres de Noviembre de Santander.
Ante este nuevo reclamo turístico, algunas salas han establecido sinergias creando La Ruta Nortescapes, que engloba a doce salas de Cantabria, Pamplona, Vitoria, San Sebastián, Bilbao y Logroño. "Entre nosotros no somos competencia, nos recomendamos, ya que nuestro cliente no suele repetir. Por eso ofrecemos promociones para animar a la gente a la que le haya gustado la experiencia a conocer otras de la zona norte", explica Eduardo Sousa, propietario de la primera abierta en Castro Urdiales y segunda de Cantabria, bautizada como Escape Time.
La otra sala de Castro Urdiales se llama Al otro lado, con el reto de conseguir salir de una mansión encantada ambientada en los años 20. "No queremos desvelar más, porque la gracia es venir a verlo", indican Aroa y Roberto, los propietarios. "La verdad es que la gente se quejaba de que en Castro había poco que hacer de ocio, así que pensamos que podría funcionar bien. Y así es".
Al contrario de lo que pueda parecer, estas salas no son franquicias que compras y montas, sino que son únicas y originales, creadas y diseñadas por sus propietarios. "Esta parte creativa es casi la más interesante", comenta Marta, de la Travel Lab, ubicada en la calle Juan José Pérez del Molino de Santander, que montó con tres amigos la Agencia de viajes en el tiempo.
"Siempre íbamos los cuatro juntos a hacer salas de escape y también nos encantan los juegos de mesa de estrategia. Así surgió la idea. Nos llamaba la atención crear los mecanismos para salir del reto". Junto a Javi Molleda, Dani Soler y Chema Martínez, le llevó seis meses de trabajo tener lista la sala. "Pensar los enigmas, las pruebas de lógica del reto y toda la mano de obra". Tienen entre 30 y 35 años y todos ellos lo compaginan con otros trabajos.
La historia se repite en todos los casos: jóvenes treintañeros que tuvieron un flechazo con una sala de escape. Les entusiasmó y decidieron montar la suya propia. Este fue el caso de José Antonio Mier, propietario de la última abierta en Santander, hace dos semanas. Es la sala Lógicamente, en la calle Tetuán, que lanza el reto de reparar en 60 minutos una máquina para viajar en el tiempo.
El propietario dejó atrás un largo currículum de trabajos diversos "que me gustaban mucho menos, ahora los clientes siempre salen sonriendo". Explica que "no hay una empresa que te dé hecho el decorado. Lo he inventado todo, con la ayuda de mi familia y amigos".
Con José Antonio coincide la propietaria de La Clave, que abrió en junio de 2016, en la calle Valliciergo. Nuria Gedack asegura que "es genial y supermotivador que la gente salga feliz y te lo transmitan con críticas positivas". Dejó atrás un mundo laboral que le llenaba menos y ahora está satisfecha con su negocio propio. Al cumplirse el 75 aniversario del incendio de Santander de 1941, el verano pasado, Nuria, licenciada en Bellas Artes, decidió contextualizar su sala en este terrible suceso. Creó el juego Incendio en el Palacio, que cumple ahora un año de vida.
Al abrir la puerta, los visitantes se encuentran con un actor que les explica las reglas y les mete en el ambiente que se vivía en la ciudad que adía en llamas. La trama está basada en hechos reales y el reto es buscar un objeto muy valioso del Palacio de la familia Villatorre antes de que se queme. El trabajo de recreación histórica de la sala y su decoración fue algo que le llevó muchos meses, pero "lo disfruté mucho, ya que soy restauradora de obras de arte y me apasiona la historia".
Con respecto a la rentabilidad del modelo de empresa, Gedack indica que "el verano pasado fue muy bueno cada día. Después, a lo largo del invierno, el negocio se limita a clientes de fines de semana, pero en cualquier caso me permite vivir de ello, que es de lo que se trata y no supuso mucha inversión inicial".
Valderredible
El Gobierno de Cantabria se ha sumado a la moda de este juego y ha apostado por esta iniciativa para dinamizar el turismo en Valderredible. La sala escape en este caso es de carácter gratuito y forma parte de las actividades del Centro de Interpretación del Monte Hijedo, en la localidad de Riopanero. El reto, igual que en el resto de las salas, consiste en agudizar el ingenio para poder escapar, si bien, en este caso la historia se sustenta sobre un juego didáctico de educación ambiental. "Nuestro objetivo es que lo pasen bien al tiempo que aprenden y refuerzan conocimientos de medio ambiente", explican sus organizadores.
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