Adiós y gracias

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Sol Cultural apaga su historia colectiva

Guillermo Balbona

Creo que Sol Cultural ha sido una de las iniciativas culturales más valiosas de los últimos quince años en Santander. Sin duda, la que esta pequeña ciudad del norte más necesitaba. Fue una hermosa anomalía que nació de la voluntad de muchos que se unieron para hacer algo juntos en un barrio. Dieron identidad a una calle con la cultura como eje vertebrador, no hubo protagonismos individuales sino un impulso colectivo.

Fueron capaces de crear una atmósfera acogedora y abierta que estaba presente a lo largo de todo el año y que eclosionaba con las fiestas del equinoccio, que eran un canto a la alegría y a la comunidad con la cultura como pegamento. Muchos vamos a echar de menos a esta asociación llamada Sol Cultural, que fue posible gracias a que un grupo de personas que viven en Santander decidieron ponerse a ello y, con el apoyo perseverante de alguna institución, dedicar muchas horas de su tiempo, mucha energía de sus vidas, a crear este lugar de resistencia frente a tantas cosas negativas de la vida de hoy. Un regalo. Aunque pueda sonar pesimista, dudo mucho que volvamos a ver algo parecido por aquí. Al menos en mucho tiempo. A todas las personas que lo hicieron posible, gracias.