Secciones
Servicios
Destacamos
A pesar de las apariencias, ni anillos ni cinturones, ni cuñas verdes se refieren a accesorios de vestuario y calzado esmeraldinos, sino que se trata de conceptos plenamente ligados al paisaje, al territorio y al urbanismo desde hace ya muchos años. Los 'green belts' ( ... cinturones) británicos (desde 1938), las 'green wedges' (cuñas) de numerosas ciudades del mundo, los 'raggi verdi' (rayos) milaneses (2008), el 'anillo verde' vitoriano (desde 1993), el futuro 'bosque metropolitano' madrileño... La tendencia de las ciudades a dotarse de un perímetro verde, siempre verde, que delimite la expansión metropolitana es una estrategia que ya quedó enunciada incluso en las teorías de la ciudad-jardín de Ebenezer Howard, expuesta en 1898 en su libro 'Garden city of to-morrow' (título de su segunda edición).
Son patentes, y más desde la situación provocada por la pandemia del covid-19, los beneficios que los espacios verdes y naturales producen en las personas, en su salud y su sociabilidad, así como también en la vida común de las ciudades. Nunca los jardines, parques y paseos en la naturaleza han estado tan bien valorados como en los últimos meses, desde marzo de 2020, si bien la preocupación por conseguir que las ciudades introdujesen lo natural (genéricamente, lo verde) dentro de sí mismas como un valor más a considerar fue una preocupación presente ya en sociedades pretéritas, a partir del final del siglo XVIII y, sobre todo, desde mediados del siglo XIX, con los grandes parques urbanos de Hyde Park y Regent's Park en Londres, Central Park en Nueva York o el parc Monceau y el parc des Buttes-Chaumont en París.
La tendencia a perimetrar los entornos metropolitanos con franjas verdes, preferentemente arboladas, es un producto urbanístico-paisajístico presente ya desde el principio del siglo XX, como dejan ver las diferentes propuestas para llevarlo a cabo sobre el territorio en ciudades como Berlín, Francfort o Moscú. Recientemente ha entrado en liza el concepto de infraestructura verde (y azul) en relación con estos temas, ampliando su influencia a lo ecosistémico, a la incidencia de lo natural, de lo verde, de la naturaleza vegetal y también de la relacionada con las aguas (fluviales o marinas), como infraestructura esencial en tanto que suministradora de servicios socioambientales, productora de beneficios para las personas, creadora de lugares de vida saludable dentro de la ciudad, y por su propia aportación a la mejora del ecosistema urbano y su resiliencia para hacer frente a retos futuros (y presentes) derivados del cambio climático.
Entre los objetivos de la infraestructura verde recogidos en la comunicación COM|2013|249final, denominada 'Infraestructura Verde: mejora del capital natural de Europa', destaca especialmente, aunque no es el único, el de «contribuir a una vida saludable y a unos lugares mejores para vivir, el aprovisionamiento de espacios abiertos y oportunidades de esparcimiento (...) y el fortalecimiento del sentimiento de pertenencia a la comunidad».
Santander es un municipio donde una estructura anular|circular del espacio verde no funcionaría dada su propia configuración geográfica peninsular. Sin embargo, será posible crear esa infraestructura verde-azul (dando relevancia en el caso santanderino a la importancia indiscutible de lo marino en la ciudad) desde un planteamiento integrado que fortalezca tanto la biodiversidad como los ecosistemas presentes en el municipio y que, al mismo tiempo, contribuya a acotar el crecimiento de lo urbano sobre el territorio, mejore la resiliencia frente al cambio climático y canalice una relación potente (ya existente) de la población con su propio territorio (incluso con el metropolitano circundante) y su riqueza natural. Se fomentará así un vínculo social, cultural y saludable con ese entorno, con los valores patrimoniales de su paisaje y con su capacidad para generar beneficios para la salud y para el refuerzo de la identificación y pertenencia ciudadana con su ciudad|municipio. Elementos para crear esa infraestructura verde-azul ya existen (las playas, La Remonta, Peñacastillo, la campiña norte, el antiguo hipódromo, Cabo Mayor y Cabo Menor, la vaguada de Las Llamas y numerosos parques urbanos), tan solo hay que abordarla de forma directa y convencida. Por ahora, sí está ya en marcha el proceso para redactar el Plan Director de la misma bajo el concepto [Santander: Transición al Verde]; el nombre de su forma vendrá después...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.