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Esto que te voy a contar le ha sucedido, y me temo que le va a seguir sucediendo, a muchas parejas. Me estoy refiriendo a esas parejas que tienen unos amigos que en unos casos proceden de uno de ellos y en otros casos del ... otro. ¿Qué sucede con esos amigos cuando la pareja se rompe? En demasiadas ocasiones, las más de las veces, no sólo se rompe la pareja sino que también se rompen las amistades.
Mi sentir a este respecto es que cuando una pareja termina una fase de su vida, mientras lo haga de una manera razonable y civilizada, los vínculos con los amigos e incluso con la familia de la pareja no tendrían por qué romperse, siempre que lo que haya habido por medio durante todo el tiempo de convivencia, haya sido sano. Sin embargo, existe la tendencia a culpabilizar a uno de los miembros de los males de la separación, cuando prácticamente nadie conoce los motivos por los cuales esa ruptura se ha producido y determinados amigos se posicionan, generalmente, del lado de la pareja que consideran que ha sido dañada o rechazada; pero lo cierto es que si hubo verdadera amistad en tiempos tranquilos, también debiera haberla en tiempos turbulentos o complicados, porque la amistad es gratuita, no comporta ningún tipo de contraprestación y si aislamos a esa parte de la pareja o nos alejamos de ella, además de estar condenando a uno de ellos, las partes se pierden el valor de todo lo compartido durante muchos años. Dicen que el que tuvo, retuvo, menos en este caso cuando así sucede.
La letra de la canción no tiene por qué ser necesariamente cierta siempre, pero sí que es incomprensible que se rompa esa letra por causas ajenas a la amistad. Vivir junto con otra persona es maravilloso, cuando todo funciona, cuando hay amor, cuando hay buen rollo y las sensaciones y el afecto son siempre positivos, pero nadie tiene garantía de que esto sea eterno, ni tampoco hay que limitar la felicidad personal en un teórico beneficio de la otra parte de la pareja.
Creo que la amistad tiene que estar por encima de este tipo de situaciones en las que, por supuesto, todos somos o estamos cargados de subjetividad, como lo está la propia amistad en sí misma, es algo que no tiene ningún sentido finalista o instrumental y que libremente aceptamos y deseamos porque nos sentimos a gusto con aquellos que son nuestros amigos. Desde luego que quiero romper una lanza en favor de que esto no se rompa, de que la amistad esté por encima de las circunstancias personales de siete de cada diez parejas en España.
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