Borrar

Hay que hacer más caso a Vigalondo: a las siete y treinta y cinco de la mañana es casi imposible que nada bueno ocurra. Si, además, te ha tocado coger la A-67, más vale que te vayas mentalizando: madrugues o vayas tarde, te pillará ... el atasco. Será en Gornazo, en Boo o en Mompía, pero no sueñes con que vas a librarte: es más listo y más rápido que tú, siempre. Un accidente, una tromba de agua, un coche averiado, el pánico a los radares o la simple acumulación de vehículos que quieren incorporarse por unos carriles de aceleración demasiado cortos... cualquier excusa sirve para que, cada mañana, quememos alegremente un montón de gasolina al ralentí, mientras se consume también nuestra paciencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Atascos insolidarios