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Muchas veces tropezamos por casa con libros sin terminar.No pasa nada, porque de un libro, si se finaliza su lectura sin conexión, nos quedará siempre su título. Me encanta la belleza de títulos y portada de los libros. Pocas cosas más atractivas que la ... búsqueda de uno al azar : leer títulos y luego autor, no al revés, que se hace de forma disfrutona y maravillosa desde los estantes o sobre la bandeja de una librería que deliberadamente colocó el librero para seducirnos. Nos permitimos sugerirlo y comprobarán, aquellos de Vds. que no lo hagan, como casi siempre aciertan o acertó el librero de nuestro amor.
El inventarse títulos de libros que a uno le gustaría escribir era un juego común en mi pandilla de adolescencia, un poco cursi desde luego, pero no se precipiten y se apiaden de mi, porque había otros divertimentos más «adaptados» a la edad.
Además, es una práctica juvenil magnífica precisamente en estos días otoñales oscuros y cortos, -vaya, parece que estuviera describiendo a algún ministro- del inicio de curso,que incitan más a trascender. En ese invento de títulos seguro que no nos habrá faltado un : «Quiero Pelea», «Necesito Amor», «Fracaso», «Beber y Besitos», «Triunfo»...o algo así.
Sin embargo estos días en Madrid, desde las ventanas de un Colegio Mayor de jóvenes universitarios situado frente a otro de jóvenes universitarias, que el demonio lo prepara, en lugar de algo así, se escucharon gritos cobardes desde las ventanas.
Terribles gritos adolescentes que no correspondían a la edad (síndrome de adolescencia persistente). Más parecían una berrea sensacionalista o un canto de celo de ciervo que tanto se escucha en Cazorla transformado en una representación de mayorcitos reconvertidos a niños gritones y zafios. Lamentable y vulgar.
No hubiera tenido la misma importancia en edades más tempranas. Ni la hubiera tenido si no se le hubiera dado desde medios oficiales tanta trascendencia y tanta fiscalía investigando..., qué no tendrá cosas....
¿No será que mientras se revisan y se hacen públicos estos comportamientos la gente no tiene tiempo para otras cosas? Por ejemplo un vistazo a la Ley Trans o a comentar el nuevo arreón del diésel o hacer un estudio minucioso de los Presupuestos Generales del Estado y su distribución paga-favores. Sin hablar del aborto universal y además sin permiso paterno de las niñas.
Tengo que confesar que me siento como el que puso el clavel en lo alto del moño de Macarena Olona; con una mezcla de frustración y 'tierratrágame'. Porque estoy pensando si no habremos cometido delito de odio cuando cantábamos con nuestras compañeras aquello de «útero, vagina, me-di-cii-na» después de ganar la final del campeonato universitario de fútbol de 1973?
No se, no se, me anda en la cabeza.
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