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La escena transcurre en un restaurante santanderino: «¿Tomaremos algo de postre, chicos?», pregunta el camarero, mientras retira el último plato de la cena. «Si usted quiere, tómelo por su cuenta; nosotros vamos a pasar directamente al café». «No, si yo lo decía por ustedes». «¡ ... Acabáramos! Está usted empleando el plural inclusivo, como solía utilizar el plural de modestia Miguel Indurain». Desconcertado, el joven toma nota de la demanda cafeteril y se retira sin saber quién era el tal Indurain –la fama es fugaz– y mucho menos qué significa eso de plural inclusivo y plural de modestia. Qué gente tan rara la de la mesa cuatro, estará diciéndose.

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eldiariomontanes Con mal café