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Los últimos datos sobre el incremento de la pobreza en Cantabria son demoledores. Vivimos en la comunidad autónoma de España donde más ha aumentado en 2020 el número de personas con dificultad para adquirir productos básicos. Un dato que se ha multiplicado por ... cinco, según la Red contra la Pobreza y la Exclusión Social EAPN.
Una vez más, como en el desempleo juvenil, Cantabria se pone a la cabeza de España en deterioro social. Es muy duro saber que entre tus vecinos, en una sociedad avanzada como la nuestra, hay unas 138.000 personas en riesgo de pobreza y exclusión social, 25.000 más que el año anterior. Son personas que no pueden afrontar gastos imprevistos, que apenas comen carne y pescado o que no pueden mantener la casa a la temperatura adecuada por el precio de la luz.
Es muy duro escuchar a un padre de familia decir que se siente un fracasado cada vez que no puede garantizar comida saludable a sus hijos. Y es que depender de las ayudas sociales supone muchas veces no poder elegir los alimentos que llevas a casa. Es lo que hay. La realidad es que es más fácil almacenar productos no perecederos.
La falta de visión política, la falta de iniciativa y el escaso apoyo a emprendedores y autónomos está pasando factura a toda la sociedad. Y ya no vale recurrir a la pandemia como excusa o a la situación en toda España.
Hay comunidades que están creciendo, en las que se potencia la libertad antes que el excesivo control.
Sobre todo hay comunidades autónomas donde se han tomado en serio la reactivación, donde sus presidentes están más interesados por el empleo y el bienestar que por la imagen que darán en la próxima tertulia televisiva.
¿Dónde está la bajada de impuestos que dé libertad a los ciudadanos de gastar el dinero de su sudor en lo que quieran? ¿Dónde está el apoyo a nuestro sector primario cada vez más ahogado? ¿Dónde está un plan de transformación digital que nos haga más productivos y competitivos?
¿Y los jóvenes? La crisis del empleo juvenil en Cantabria es tremenda. Que cuatro de cada diez jóvenes en Cantabria no encuentren empleo es una catástrofe, con todas las consecuencias que conlleva para la familia, la natalidad y el futuro de la región.
Falta capacidad política, no hay ideas ni voluntad de remangarse y trabajar de forma extraordinaria por revertir la situación. Si no saben, por favor que se marchen, y apaguen la luz al salir, que cada día está más cara.
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