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La catedral sin puertas

Los más papistas ponen en entredicho un toque contemporáneo

Jueves, 29 de julio 2021, 04:51

Hace 800 años, el 20 de julio de 1221, se ponía la primera piedra de la catedral de Burgos. Para los que nos criamos en su entorno, simplemente, la catedral. No había otra. El aroma del incienso en las liturgias solemnes, la turbadora sonoridad del ... órgano en las misas dominicales, el frío de sus naves en verano. Las campanas de gloria en Pascua. El nogal pulido de la sillería frente al altar mayor. Las escaleras para subir la loma donde los arquitectos pusieron los planos de la basílica como una primera penitencia antes de llegar a sus puertas. Sus puertas. He recorrido por dentro y por fuera cientos de veces la catedral y confieso que lo que menos llamó mi atención nunca fueron las puertas de madera, tan anodinas, en contraste con el barroquismo a veces más gótico, a veces más flamígero, de un templo estilizado hasta el infinito. Pues ahora, empañando levemente el octavo centenario, son precisamente las puertas el centro del debate que gira desde hace meses entorno al proyecto encargado a Antonio López: la manufactura de tres puertas en bronce para las entradas del Perdón, Sarmental y Pellejería.

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