Cerrar el paso a los problemas

El INE cifra que la población veraniega estable, aunque no residente, se sitúa en 4.517 personas -con sus respectivos coches- gran parte, de la comarca del Besaya. Solo los suancinos son propietarios de 4.601 vehículos, el 73% turismos, según datos de la DGT; a éstos hay que sumar el elevado flujo diario. Por lo tanto, se puede convenir que uno de los principales problemas de Suances-playa es el aparcamiento. Esta situación está siendo paliada provisionalmente con la utilización de una finca privada, La Bárcena, propiedad del empresario Delfín Cruz, que la viene cediendo con este fin. En La Concha y La Ribera, la hostelería está ocupando 210 plazas de aparcamiento que han quedado eliminadas, por efecto de la pandemia, para favorecer la actividad de la hostelería al aire libre mediante la instalación de terrazas.

En consecuencia, aparcar en la zona baja de Suances ha sido este verano una aventura solo reservada a los más pacienzudos. La Bárcena ocupa 150.000 metros cuadrados por lo que puede acoger varios centenares de vehículos, plazas que tendrán los meses contados cuando el propietario decida hacer uso de la edificabilidad que tiene reconocida, unas 500 viviendas. La belleza de sus arenales, y la estructura hostelera, hicieron que Suances, el año pasado, según el INE, y solo en el mes de agosto, recibiera 12.656 viajeros españoles y 218 extranjeros, que cumplimentaron nada menos que 35.000 pernoctaciones, siendo la tercera localidad turística con mayor grado de ocupación -el 80,71%- detrás de las asturianas Colunga y Ribadesella.

Este año -seguro- habrá superado este porcentaje. El futuro de Suances no puede tener plazo fijo, no puede morir de éxito. El mejor método de evitación de los problemas es la previsión, o eso al menos dicta el aserto popular: «Cuando en diciembre veas nevar, ensancha el granero y el pajar».