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«-Bueno, vamos allá. -

Temblando enderecé la bicicleta. Mi padre me ayudó a encarame en el sillín, pero no corrió tras de mí. Sencillamente me dio un empujón y voceó cuando me alejaba: Mira siempre hacia adelante; nunca mires a la rueda».

Miguel Delibes. 'Mi ... querida bicicleta'.

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