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Hoy la calle Tetuán se vestirá de fiesta racinguista. Se celebran 109 años de existencia de una sociedad de la que hay que sentirse orgullosos. Es cierto que no nos ha obsequiado con títulos importantes, pero a estas alturas, esos años saben a 109 campeonatos ... de Liga y Copa. Y el mérito fue de 19 chavales que después de jugar los primeros partidos decidieron formalizarse y elevar el nombre del Racing a la oficialidad.
La mayoría de ellos había nacido en Santander. Casi todos habían jugado al fútbol. Uno de los que no lo practicó fue Ángel Sánchez Losada, primer presidente del Racing, que vivió unos años en Cuba y gran aficionado al arte que alternó los estudios de dibujo con los de Derecho. De su afición a la pintura proviene su amistad con Pancho Cossío, con quien coincidió en la academia de pintura. Cossío, otro de los fundadores, tampoco jugó al fútbol. El gran pintor cántabro, con busto en la Plaza Pombo y placa en la calle Gómez Oreña que señala la casa donde vivió, no pudo practicar el fútbol debido a un accidente de niño, cuando su madre, de forma accidental, le fracturó el pie con una mecedora. Otros socios fundacionales sin aficiones futbolísticas son Regino Vela Fernández, hermano de Florentino, famoso piloto de aviación, José Solana Fernández y Vidal Gómez Frande.
Carlos Iruretagoyena jugaba en La Escolar con Zubieta, los hermanos Zubizarreta y Joaquín Sánchez Losada, y continuó en el Racing hasta 1917. Fue muy aficionado al motociclismo y a la fotografía, y formó parte de la junta directiva racinguista de 1933, cuando presidía el club José María de Cossío.
Mariano Zubizarreta fue el primer goleador del Racing, autor el único gol de su equipo en el histórico partido contra el Strong. En 1917 se marchó a estudiar a Madrid y regresó para formar parte del equipo racinguista en la temporada 1922-23.
Joaquín Sánchez Losada fue quien convenció a su hermano Ángel para que aceptara ser presidente del nuevo club. Dejó de jugar en el Racing en 1915 para dedicarse a la docencia y fue concejal del Ayuntamiento de Santander, diputado provincial y delegado provincial del Ministerio de Educación.
Álvaro Zubieta jugó en el Racing en tres etapas diferentes. La primera entre 1913 y 1916, luego en la temporada 18-19, y por último en la 22-23. Desde 1905 su familia atiende en la misma Plaza de Pombo un comercio de fotografía que sigue abierto.
Diego Breñosa era el dueño del balón con el que se jugaba en la misma plaza o en Los Arenales. Menudo pero muy ágil con la pelota en los pies. Recogió la tradición familiar y después de terminar los estudios correspondientes atendió la farmacia que aún permanece abierta en Pombo.
Otro futbolista experimentado era Antonio Lavín Saiz. Jugó en la Sportiva Astillero, la Sportiva España e incluso en el Santander, con el que disputó el histórico partido de Copa en Bilbao contra la Academia de Caballería de Valladolid. Era un excelente medio defensivo y estuvo en el equipo desde 1913 hasta 1922.
José Roncal, el primer guardameta del Racing, ya había actuado en El Astillero antes de ser fundador del Racing, del que además sería vicepresidente. Su estancia entre los racinguistas fue breve, porque días después de la constitución formal del club, con motivo de un partido donde le metieron nueve goles, no soportó las críticas y abandonaría el equipo. Regresó a Pamplona, de donde era natural, y con Joaquín Rasero, otro jugador racinguista, fundó Osasuna.
Adolfo Torres había jugado antes en el Sporting. Poseía un buen regate y sobresalía por sus cualidades físicas que le permitieron practicar otros deportes, como el ciclismo, la pelota y la natación. En 1914 emprendería viaje a Buenos Aires, donde se dedicó al comercio.
Otro jugador con experiencia fue Julio Manuel Gómez Gracia, que había jugado en La Recreativa y la Sportiva España. Sin tanta experiencia, otros fundadores comenzaron a jugar al fútbol en el Racing, como Mateo Pérez San Martín y Jesús de la Sierra, que se mantuvieron en el equipo hasta 1916 (el segundo fue después árbitro); Julio Ojembarrena, que tras jugar algunos partidos, se marchó a estudiar a Madrid y Álvaro Flórez-Estrada, el benjamín del grupo que se dedicaría a los negocios familiares de transacciones comerciales con América.
Son los diecinueve protagonistas de la fiesta de hoy. Tomaron el nombre de Racing por la admiración del Racing Club de Irún, que poco después daría lugar al Real Unión de Irún. Que no nos arruine la fiesta esta tarde.
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