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Aunque el día a día nos traiga más sorpresas que una caja de bombones, que decía Forrest Gump, pues nunca sabemos lo que nos va a tocar, es el apartado de las compras el que nunca abandonamos. Dedicamos menos tiempo a pensar cómo funciona nuestro ... cerebro al llenar la cesta de la compra, cada vez más desde casa o internet, y muchas veces acabamos gastando más de lo que habíamos pensando en un principio. Al hablar de comprar, hay un hecho que es paradójico pero cierto: comprar por internet (a través de aplicaciones o páginas web) o que te lo lleven a casa es la antítesis de lo que entendemos por compra tradicional, es decir, poder tocar el producto, verlo, olerlo, compararlo, etc.
En otras palabras, comprar de esa manera puede haberse convertido en algo así como ese nuevo tipo de cocina deconstruida -¿se acuerdan de la tortilla de patata adaptada al siglo XXI en un vaso?- de los grandes chefs, pues no sabemos bien lo que es hasta que nos ponemos a comerlo. Lo que antes era anecdótico ahora cada vez es más habitual y muchas veces no sabemos lo que compramos hasta que nos lo entregan. Esa acción, desde la trinchera de nuestra casa o compra deconstruida al pasar más tiempo en el hogar (el 'cocooning' de los anglosajones), especialmente cuando llega fin de mes y aún no hemos cobrado la nómina, hace que cada vez sea más común optar tanto por repetir la misma lista de la compra (más platos preparados además de conservas, pues muchas veces no innovamos), como por darnos ese pequeño capricho (podemos pagar un poco más aunque no mucho por productos diferentes) y que nos lo traigan a nuestro hogar.
Puede parecerles que en esto de la 'nueva normalidad' en nuestra manera de comprar al final es «lo comido por lo servido», pero estarán conmigo en que en esto de comprar por internet o desde casa casi ninguno nos fiábamos. En cambio, desde que lo probamos hay algo que se despierta en nuestro interior y al final, como decían hace meses en la revista Comprehensive Psychiatry, nos engancha a casi todos esa adicción al clic compulsivo. De todos modos, no nos hagamos trampas al solitario pues al final, como casi todo en nuestra existencia y dado el poco tiempo que tenemos con nuestro frenético ritmo de vida, es una cuestión de elegir y procrastinar. Renunciamos a buscar y comparar 'in situ' para hacerlo 'online' o desde casa para ganar en tiempo y comodidad. Así es el mundo de hoy en día pues ¿quién se acuerda la despensa de nuestr@s abuel@s? Un no parar.
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