Borrar

Cuando uno transita por las últimas décadas del camino, no es fácil ser sorprendido, nos hemos ido impermeabilizado con el tiempo de tal forma que la penetración de los estímulos queda un tanto atomizada. No obstante, siempre hay hechos, que bien por su singularidad o ... por su empatía, pueden hacer que nuestro ser sea impresionado. Algo de esto me ha ocurrido cuando, sentado tranquilamente en mi sillón de descanso, observé la imagen de unos prófugos de la justicia Española exhibiendo una acreditación de eurodiputados, sonrientes, expansivos, exultantes, con total desinhibición, manifestando además que les había llegado con retraso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Desde la confusión