Los créditos vuelven por Navidad

Por tanto, lo que nos encontramos de nuevo este año es que la adaptación a estos nuevos hábitos de consumo se refleja en toda una batería de indicadores adelantados que constatan, tras la mejora de los sistemas logísticos, una explosión del comercio electrónico en más de un 23% frente al año pasado según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la liberalización de muchos horarios comerciales y descuentos, así como la plena consolidación de la demanda. Así, el consumo sigue avanzando firme y a buen paso con crecimientos por encima del 3%.

Todo parece indicar que gastaremos en las próximas semanas, tanto mediante el formato de consumo 'tradicional' como del de tipo electrónico, casi 600 euros, según datos del estudio anual sobre consumo navideño que realiza la consultora Deloitte. Obviamente, según reflejan estadísticas como la realizada por InfoJobs, es de esperar notables aumentos en las contrataciones temporales de personal (en comercio, distribución, paquetería, hostelería, turismo, restauración, etc.) para atender estos «picos» de consumo que en Cantabria es de esperar que genere un 4% más de contratos que el año pasado, según las previsiones de Adecco. Incluso, muchas empresas han vuelto a acudir a las cestas de Navidad como regalo en estas fechas y las empresas de este sector estiman de nuevo un crecimiento importante en su número de pedidos. El caso es que se sigue comprando más en estas fechas por tradición, emotividad, capricho o necesidad de regalar y eso las empresas lo saben bien pues conocen nuestros hábitos.

Por eso, frente a lo que ya hemos vivido desde que empezó la crisis hace ya diez años, todos estos nuevos torrentes de ventas y consumo son positivos, aunque probablemente en su evolución natural seguirán influyendo de manera destacada las diversas fórmulas de financiación hoy existentes así como las posibilidades de pago aplazado (tarjetas de crédito, préstamos al consumo con promociones que oscilan entre el 5% y el 16% de interés TAE, préstamos preconcedidos, adelantos de nómina, etc.) a fin de diluir la sensación de gastar y gastar en estos días a la espera de la temida cuesta de enero. Es decir, los créditos vuelven por estas fiestas.

Y es que esta inyección en vena del consumo en su máxima expresión es un buen termómetro de nuestro estado de ánimo, tanto propio como de ese espejo en el que nos ven nuestros familiares y amigos en esta Navidad de 2018.

En todo caso, esperemos pues a ver si cerrada la campaña los datos reales avalan las previsiones tan halagüeñas que se están haciendo pues cada vez más el consumidor desea de casi todo y de manera inmediata. En este orden de cosas, la economía nos viene enseñando que debería maximizarse el bienestar social pero le cuesta adaptarse y explicar con agilidad estas situaciones donde las supuestas mejoras de eficiencia para unos pocos y las pérdidas de equidad para muchos que conlleva esta época de recuperación se suceden a la orden del día. Por tanto, más allá de estas navidades, todos debemos hacer nuestros deberes y reflexionar. Así, los vendedores han de estar constantemente atentos a las demandas de los consumidores y éstos no sólo en fijarse en el precio como variable de referencia sino también comprar buscando contenidos de calidad pues la tormenta de descuentos permanentes y la fuerte competencia tras la época del 'low cost' han venido para quedarse. La planificación de las compras abre paso a un consumidor que, como ese jugador de fútbol americano, puede esperar pacientemente hasta hacer su jugada final: comprar, pero retrasando esa decisión hasta cuando lo necesita pues debido a la mejora logística sabe que el producto le acabará llegando en tiempo y forma.

El gran dilema es si esta campaña navideña será realmente buena o si, tras el fuerte impacto del 'Black Friday', las ventas en la campaña navideña no serán tan importantes como otros años.

@davidcantarero