C+R y no es Cristiano

Pero llenémoslo un poco. Si nuestro gasto en ciencia y tecnología desde 2015, fecha en que venimos gobernados por políticos que declaran su amor al conocimiento como Don Juan el suyo a Doña Inés, no deja de oscilar entre 0,83% y 0,85% del PIB regional, es que algo falla muy seriamente. No es que el coronavirus nos detuviese (al revés, ha sido causa de hacer algo más de investigación sanitaria): es que ya veníamos tropezados.

Para ser una comunidad con futuro industrial y de servicios avanzados, o en que la ciencia y la técnica sean motor de economía y empleo de calidad, en primer lugar tendríamos que llegar a un gasto en I+D no inferior a nuestro peso económico en la nación; y en segundo lugar, deberíamos estar por encima de la media nacional, que es 1,41%. Mientras vayamos por debajo de esos listones, al que saque pecho habrá que enviarle un podcast de Chiquito de la Calzada.

'The Economist' recuerda que siete de las principales compañías mundiales fueron apoyadas en su día por el capital riesgo: motores de búsqueda en internet, iPhones, coches eléctricos, vacunas de ARNm, por ejemplo. Ahora hay un boom de este 'venture capital' para proyectos muy innovadores. El capital riesgo se llama así porque normalmente palmará gran parte del dinero que ponga. Pero, y este 'pero' es crucial, los casos de éxito compensarán los de fracaso. Todo estaba ya en latín: 'Fortuna audaces iuvat'. Para crecer en I+D como región, hemos de crecer mucho en C+R, que no es Cristiano Ronaldo. Cuanto menos capital riesgo, más riesgo para nuestro capital. C+R metería los mejores goles de Cantabria.