Curso de lectura rápida

El PRC debería explicar los motivos por los que, durante la campaña electoral y en su programa de gobierno, no incluyó su diseño de organigrama en el caso de ganar las elecciones; obvió cómo tenía previsto armar el equipo de Gobierno, y olvidó explicar a sus electores los motivos por los que piensa que un concejal debe estar bien pagado. Un alcalde muy joven para memoria tan frágil. El PSOE ha perdido el sonrojo esforzándose en explicar a los torrelaveguenses que tener 11 ediles con sueldo no es tan importante como el hecho de que la cuantía a percibir estos peculiares asalariados no haya aumentado –extravagante teoría de la congelación explayada de un tirón por Cruz Viadero– quizás olvidando que desde que la enseñanza es obligatoria en España, el 99,8% de los ciudadanos saben multiplicar. El ya exalcalde será el único que no tendrá nómina municipal, que compensará, como buen jubilado, visitando obras. Lo mismo deberían hacer PP y ACPT para explicar a sus votantes los motivos de su abstención; miedo da pensar que el titubeo que lleva implícito un voto en blanco no esté enharinado con algo de complacencia. Quizás el voto níveo de Torrelavega Sí podría justificarse por la persistencia del shock tras el espectacular desplome de este partido creado para la supervivencia. Solitaria la disidencia de Ciudadanos, aunque arguyendo motivos populistas, que de tanto oírlos, ni se escuchan.

Si de lo que se trata –que seguro que es así– es de cuajar un equipo capaz, activo, hiperpreparado, avezado y competente para modernizar la ciudad, cambiar su estructura –en definitiva, darle la vuelta– han tenido una suerte excepcional al encontrarlo reunido en dos listas de concejales. Hay empresas que para reunir tanto talento han de acudir a las consultoras más conspicuas, y así y todo, a veces no lo consiguen. Pero hay que confiar en los designios y no olvidar que Torrelavega intentó aspirar a ser una unidad de destino en lo universal y eso crea escuela. También sería conveniente, en aras de la transparencia, que los ediles no solo den cuenta de sus patrimonios sino también de su situación profesional, laboral y salarial cuando llegan a la Corporación, no solo por traslucirse sino porque sería una irresponsabilidad secuestrar al sistema económico personas de clarividencia y capacidad que tanto necesita la sociedad civil para avanzar. Además, así, se evitaría la cruel perversidad de esos maliciosos que piensan que la política se ha convertido en un refugio.

¿Cómo se las arreglaron los concejales 'padres' de la democracia local para conseguir emplearse a fondo sin 'liberados'? Manuel Teira, Camilo Villanueva, Agustín González, Carlos Monje, Jaime Revuelta, Florencio Enríquez, Emilio Mier, Roberto Peón o Pedro Lobeto –algunos desgraciadamente fallecidos– podrían explicar cómo pudieron dedicar tantísimas horas a renovar las estructuras heredadas de la dictadura, aprobar planes generales, reorganizar el entramado urbano y, además, hacer política en aquellos interminables plenos que comenzaban a las once de la mañana y que en alguna ocasión tuvieron que ser suspendidos a las doce de la noche sin acabar los debates. ¿De qué vivían, con qué pagaban las facturas de la luz y del teléfono? Arcanos.

Torrelavega dispone de funcionarios de muy estimable cualificación que quedan ensombrecidos por magos de lista electoral a los que ojalá no les ocurra como a Woody Allen, que asegura que un día hizo un curso de lectura rápida y fue capaz de leer 'Guerra y Paz' en 20 minutos. «Creo acordarme que decía algo de Rusia», concluyó.