Libertades antes y ahora

Pero todos sabemos que estos individuos siempre han existido, sólo que estaban en su casa, rumiando su rencor y sus miserias; pero hoy, con ese bendito invento que son las redes sociales, junto con gente inteligente y creativa, también los escuchamos a ellos, a los resentidos. Pero si hablamos de libertades no hay comparación posible. Hoy tenemos derechos y leyes que antes no existían, anulando discriminaciones y privilegios que sí existían. El que se queja de que no puede decir lo que quiere, está a su vez opinando con libertad, y muchas veces con altavoces enormes. Al que le critican tiene que asumir que las redes sociales son armas de doble filo, que le sirven para llegar a muchos, pero también para recibir críticas, y a esto quizá no están muy acostumbrados; y siempre puede bloquear, o borrar la cuenta; y si le amenazan puede defenderse o denunciar con más armas que antes.

Además, no hay que confundir el sentirse acallado, como en una dictadura, con el hecho de que tus gracias no venden. Nadie te impide hacer humor de enanos y mariquitas, o incluso golpear muñecos, pero hay que asumir que ahora no hay nadie riéndose. Porque eso es patético.