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Un desgarrador tributo

Cada individuo tiene una determinada personalidad y a la vez que existe el pasota y despreocupado, existe el exigente, ordenado y responsable

Jueves, 19 de diciembre 2019, 07:28

Paseaba alrededor de la UIMP con dos amigos y un helicóptero con su especial sonido se mantenía suspendido en el aire cual ave rapaz. Planeaba sin apenas moverse, escrutando el oleaje desde su especial atalaya. Quisimos buscar una explicación al hecho y, después de un ... silencio, uno de los tres manifestó que una colegiala había desaparecido hacía unos días. Parece, siguió explicando, que se trata de una niña ideal, responsable, educada, muy estudiosa, amiga de sus amigos y especialmente sensible y responsable. Parece también, según el amigo, que una mala calificación, que esperaba más generosa, le inquietó, le angustió, le contrarió, incluso le desestabilizó emocionalmente, por lo que solicitó permiso para ausentarse. Y lo que impresiona es que en el camino, rumió lo sucedido, su «desgracia», que vivió como un enorme fracaso, tan traumático y tan vergonzoso, por no alcanzar su nivel, que eligió la huida, por otra parte menos dolorosa. En principio impresiona como algo inexplicable, además de profundamente doloroso para todos y de forma especial para sus padres, familiares, amigos y compañeros. Da la impresión de irreal, como si se tratara de una fantasía, tenebrosa, oscura y lacerante. Pero es real y además es relativamente común.

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