Borrar

Desorden mundial

El llamado orden mundial no es una excepción, deberíamos hablar de ello en sus dos variantes, la económica y la política

Lunes, 27 de junio 2022, 07:23

Por definición todo orden humano produce, como consecuencia indeseable, un cierto desorden. El llamado orden mundial no es una excepción. Hablemos de ello en sus dos variantes, la económica y la política. Empezando por la economía. El orden vigente ha venido siendo «la globalización» que, ... primero por la Gran Recesión (2008-12) y luego por la pandemia (2020- ), ha entrado en crisis. Los fallos en las cadenas de suministro, el aumento desaforado de los precios en alimentación y energía, el régimen de patentes Internacionales que ha dejado a miles de millones sin vacunas contra el covid, son sus ejemplos más clamorosos. Pero el asunto va más allá de la globalización, la propia economía de mercado ha reventado sus costuras por múltiples lados. Las operaciones just-in-time (trabajo sin inventarios) que tanto han contribuido a la reducción del costo de producción, revelaron su innata fragilidad cuando la pandemia obligó al cierre de operaciones clave; por ejemplo, la escasez de microchips que afectó a todas las industrias. La dependencia de países desarrollados de los suministros de petróleo, gas y materias primas estratégicas por terceros países menos confiables, la tendencia del mercado a la concentración en monopolios y oligopolios cuando su regulación deja de ser operativa, otros ejemplos. En definitiva, la impotencia del libre mercado para calibrar con precisión el riesgo que estas formas de operar implican, compuesto por la ludopatía congénita de los líderes económicos, incapacitan al sistema para aplicar correctivos a tiempo y originan el desorden económico que padecemos. Las manifestaciones políticas del desorden económico no se han hecho esperar. Voy a empezar describiendo una maniobra política que tiene un fuerte componente económico. Me refiero a una operación de Estados Unidos, tras su victoria en el frente Pacífico (IIGM). Con el fin de asegurar el tráfico de mercancías, los americanos establecieron bases militares en un rosario de islas que van desde Japón, al norte, hasta Indonesia, al sur; bases en las que se han estado concentrando sus fuerzas militares desde que Obama decidió reducir drásticamente la presencia en Oriente Medio. Entre las dos estrangulaciones de los estrechos de Malaca -paso del mar de China al Índico- y Ormuz, en el Golfo Pérsico, EE UU y sus aliados pueden bloquear el tráfico marítimo de China cuando lo consideren conveniente. Esta es una espada de Damocles que los chinos han decidido sacudirse de encima; para lo cual están desarrollando el proyecto denominado popularmente como «nueva ruta de la seda»: la iniciativa del «Cinturón y la carretera», también denominada del «Cinturón y la franja», BRI en inglés.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Desorden mundial