La oportunidad del Año Jubilar

Para Cantabria, el Año Jubilar representa una magnífica oportunidad de darse a conocer como foco de tradiciones culturales muy antiguas y como región con unos valores singulares de patrimonio cultural y natural. La belleza de Liébana, de los accesos a sus valles, y una oferta ya muy desarrollada de alojamiento, gastronomía y servicios al visitante, forman una base apropiada para que el periodo de peregrinaje se convierta en un revulsivo para toda la comarca y para el conjunto de la comunidad autónoma. Aparte del impacto espiritual y emocional, ético y estético, que el Año Jubilar lleva consigo, existe y siempre se ha señalado un efecto socioeconómico de gran relevancia. En primer lugar, por una intensificación de la imagen lebaniega y cántabra en el mundo. En segundo, por la concurrencia de un mayor esfuerzo público y privado en promoción del turismo. Y en tercero, por las consecuencias de este empuje en las cifras de negocios y los puestos de trabajo. No es sencillo determinar las magnitudes exactas, pero desde luego se logran unos beneficios que, en ausencia del Año Jubilar, no se conseguirían.

Es, por tanto, de máxima importancia que los visitantes encuentren en Cantabria y aún más en Liébana todo aquello que pueda interesar y acompañar a su experiencia de peregrinación. Un buen funcionamiento de los servicios de transportes, informativos, sanitarios, hoteleros y de programación cultural deberán combinarse para ofrecer una experiencia donde cada aspecto de la vista tenga su momento y su carácter.

Cantabria llega a este Año Jubilar en una ola turística de verdadero récord, suscitada por los deseos de viaje tras las restricciones de la pandemia del covid-19, y por la existencia de ahorros familiares embalsados precisamente por aquella limitación a la movilidad. Otros destinos competidores de España siguen sin normalizar sus ofertas y, en ese contexto, regiones como Cantabria pueden encadenar ejercicios muy positivos, atrayendo tanto al turista nacional como, de manera creciente, al internacional. Un objetivo del Año Jubilar, desde esta óptica, es sin duda un aumento significativo de conocimiento y valoración de Cantabria en el entorno europeo occidental y central, fuente cada vez más importantes de emisión de viajeros hacia nuestra comunidad. Esperemos que el Año Jubilar sea todo un éxito en lo espiritual, lo cultural y lo social y que, al cerrarse la Puerta del Perdón el año que viene, el balance resulte inmejorable. Así corresponde a uno de los eventos que universaliza a nuestra tierra.