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Elogio sentimental de la playa de La Magdalena

La solución del espigón, por poco estética, es la única que está, o estaba, sobre la mesa. Si ha habido otras, no se nos ha informado

Martes, 16 de noviembre 2021, 07:26

Una playa es un alga dorada, misteriosa, que se recuesta sobre un horizonte familiar, sentimental, cálidamente hedonista. Es plena, cuando la atónita bajamar consiente sus hechuras. Una playa es un tesoro rubio que destapa el verano.

Una playa es una concurrencia de alegrías, un abrazo ... a los nudillos de espuma de las olas. Una playa es una conversación de estío, una guitarra de adolescencia. Una playa es una hechicería sobre los hombros cuando el sol baja o cuando se yergue, prístino, estrenando la vida que es el día. Una playa es un anhelo tras el cristal inclemente del invierno. Un reguero de plata cuando la luna flota sobre la bahía. Una playa es un verso renuente a ser devorado por las olas. Es el inalienable paisaje de la infancia común.

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