El rey emérito

El tránsito era un hecho deseado por la mayoría del pueblo, y una esperanza que podría hacerse realidad tras el fallecimiento del caudillo, pues España suponía un ente anacrónico en un continente democrático. Pero instituciones y organismos establecidos durante tantos años, facilitaban muchos intereses a las clases dominantes y establecidas, intereses de los que no era fácil desprenderse, ocasionándose una lucha titánica entre los distintos poderes del Estado, en la que se esgrimieron fuerzas de todo tipo, nacionales, internacionales, y de forma especial el clero, pues no se nos olvide que el Generalísimo disfrutaba del privilegio de, además de nombrar obispos, entrar en los templos bajo palio, disponiendo las autoridades eclesiales un poder de influencia importante, pues se había superado una 'cruzada', en la que la iglesia en su totalidad estaba implicada.

Comunistas que se decía representaban un peligro supremo para la paz, socialistas primos hermanos de los comunistas, junto a un conglomerado situado en la derecha, todos ellos herederos de la dictadura, y en consecuencia con un sentimiento de superioridad. A ellos se unía la jerarquía eclesiástica, la empresarial y los recién nacidos sindicatos, después de muchas frustraciones y peligros, dado que había un grupo numeroso que no deseaba acuerdos, entre los que destacaban algunos militares de alta graduación, y teniendo a la ETA como testigo desgraciado, azuzando el proceso mediante la acción de permanentes asesinatos, se consiguió algo que fue un ejemplo para el mundo. Algo que sirvió para la realización de alguna tesis doctoral.

Se abolieron las leyes de la dictadura, por la que el príncipe heredaba los poderes del dictador, y se dio comienzo a la redacción de una Constitución, algo inverosímil, increíble y ejemplar. El príncipe desprecia entonces sus poderes heredados y apoya y avala la construcción de una monarquía constitucional.

Se supera aquella etapa en la que África comenzaba en los Pirineos; contamos con el respaldo de Europa y de todos los países democráticos y surge una nueva vida conducida por unos nuevos patrones de comportamiento. Se forma y fortalecen los tres poderes del Estado de forma independiente, y nos abren las puertas en las distintas instituciones y organismos internacionales. Ha nacido una nación moderna en el mundo, ha nacido una nueva democracia.

El príncipe, ya rey, nos acerca desde su autoridad moral al resto de naciones. Gracias a su presencia se abren diferentes líneas de cooperación, especialmente con los países europeos, Iberoamérica y los países árabes, en los que además del compromiso de la creación de empresas mixtas, nuestras empresas de construcción en la vanguardia del mundo, denuncian las necesidad de vías de comunicación, creándose una relación preferente como la que acabamos de firmar con Catar. Y España comienza a codearse con los países modernos, desde todos los campos: científico-tecnológico, sanitario, industrial, agrícola, ganadero, hortofrutícola, vitivinícola...

Al final de este itinerario tortuoso, en el que el Rey consiguió neutralizar un golpe de Estado, se nos informa que ha percibido alguna comisión por su labor en el campo de la colaboración con otros países, por lo que, además de ponerse al día con Hacienda, parece que la inviolabilidad (anacronismo a regular) propia de su rango, impide que sea juzgado. No obstante, alguna voces, solicitan que de explicaciones, algo que en principio parece que es correcto, pero una simple y superficial ojeada nos permitirá observar... ¿qué explicaciones se han dado desde Andalucía por el tratamiento de los fondos para el campo?, ¿cuáles en la autonomía de Madrid, por el tratamiento de la riqueza del canal de Castilla, cuyo dinero surgía hasta en los quicios de las puertas?, ¿cuáles en Valencia, donde la contabilidad se oyó por radio y TV?, ¿se conoce alguna explicación que no suponga embadurnamiento? Son los jueces, los responsables de situar a cada uno en su silla.