Empleo público con racionalidad
EDITORIAL ·
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EDITORIAL ·
El crecimiento del número de trabajadores dependientes de las Administraciones debe modularse para no causar efectos negativos para el desarrollo de CantabriaEl liderazgo de Cantabria en el crecimiento del empleo en las Administraciones locales, junto con el aumento continuo de la nómina de personas empleadas por la Administración autonómica, sugiere inmediatamente tres reflexiones importantes, que es preciso madurar en el debate democrático. La primera, que buena ... parte de la creación de empleo y reducción del paro en los últimos tiempos no ha tenido como protagonistas a las empresas ni a los mercados, y por tanto revela más decisiones políticas de corto plazo que una transformación económica real. Ya la Encuesta de Población Activa nos viene advirtiendo sobre esta marcada tendencia del mundo laboral de Cantabria. La segunda reflexión es que esta mayor ocupación de puestos públicos ha venido de la combinación de unas políticas presupuestarias más laxas desde el final de la recesión anterior y el cambio político de 2018, así como las medidas excepcionales con las que la UE y el Banco Central Europeo han permitido niveles de gasto, déficit y deuda que sin el covid-19 no se habrían tolerado. Es decir, la base de este aumento del empleo público es una pasajera coyuntura de presupuestos públicos que está llamada a su inmediata reconducción, como ya advertía esta semana Ignacio Marco-Gardoqui en el Foro Económico de El Diario Montañés.
Todo ello nos conduce a la tercera reflexión, que ya es apremiante. Una economía cuyo crecimiento laboral se basa en empleos públicos y en márgenes presupuestarios excepcionales es muy distinta de una economía innovadora y competitiva, y capaz de manejarse con cuentas públicas relativamente equilibradas para poder afrontar servicios públicos de calidad como el sanitario, el educativo y la atención social, así como la reposición y mejora de infraestructuras de todo tipo (en el sentido, también, de la transición ecológica y energética). El modelo de funcionarización del mercado de trabajo, alto déficit y altos impuestos no es sostenible. No se puede convertir lo excepcional en normal. En no pocos casos, las fluctuaciones de empleo local encubren programas de empleo que son signo de problemas muy profundos de formación profesional y de falta de apoyo a las pymes y los autónomos.
Se viene hablando en nuestra Cantabria hasta la saciedad del «cambio de modelo productivo», verdadero estribillo de toda canción política que se presenta a concurso en las urnas. Pero la realidad de los datos dice que el modelo anterior se deteriora sin que sea reemplazado nada más que por expedientes de emergencia que no tienen ningún porvenir, ya que, cuando lleguen las apreturas europeas a los presupuestos, a partir de 2023, o ese nivel de empleo público no se podrá sostener, o para sostenerlo habrá que elevar los impuestos maltratando a las clases medias y desincentivando el esfuerzo de los más emprendedores, es decir, entrando en una espiral de agravamiento de los problemas estructurales de la economía cántabra.
Es muy urgente, pues, que se elabore un libro blanco de las Administraciones locales y autonómica de Cantabria, donde se cuantifiquen y justifiquen las necesidades plurianuales de plantillas, y se abandonen tanto las austeridades sin sentido como las alegrías contratadoras con fines electoralistas, y las ineficiencias que se hacen más grandes cada legislatura. Una vez que Cantabria se convierta en una población híperdependiente del dinero público, la fosilización de su estructura económica será difícil de impedir. Es preciso hacer un llamamiento a la racionalidad de políticos, sindicatos y técnicos gestores de la Administración. Lo que necesita nuestra región hoy son más empresas, más innovación, más atractivo vital para los profesionales, más salarios de calidad vinculados al conocimiento y la tecnología, menos burocracia. No es esta precisamente la Cantabria que las estadísticas sobre empleos públicos nos vienen describiendo. La racionalización resulta indispensable.
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