![Formulación de deseos](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202206/13/media/cortadas/74242046--1248x1248.jpg)
![Formulación de deseos](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202206/13/media/cortadas/74242046--1248x1248.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Confundir la realidad con los deseos es una limitación humana, tan rebobinada en nuestro cerebro que puede considerarse componente ineluctable de nuestra condición. Aquellos que son conscientes de ello suelen luchar a brazo partido por evitar sus peores efectos, otros prefieren vivir en la ilusión ... y hay un tercer grupo que aprovecha el asunto para sacar partido.
Nuestros políticos son a la vez víctimas propiciatorias del deseo y verdugos de los ilusos.
La Guerra de Ucrania es un buen ejemplo. El deseo de los ucranianos es expulsar a los rusos de todo su territorio y consolidar una alianza con Estados Unidos para entrar en la OTAN. En cuanto a EEUU, su deseo es sostener el estatus de potencia hegemónica mundial, cuestionado por China y Rusia; a este respecto, la derrota de Rusia eliminaría uno de sus contrincantes y debilita la posición de China. El deseo de Europa es seguir disfrutando del escudo protector de la OTAN, mientras desarrolla una capacidad de defensa autónoma de la que hoy carece; también, pretende continuar su expansión hacia el este. Todo ello choca con los deseos de Rusia, que quiere ampliar sus fronteras hacia el oeste para asegurar la defensa de sus territorios y recuperar su estatus de Gran Potencia. El deseo de China es que la guerra destruya la alianza de EEUU con la UE para, así, consolidar sus posiciones en Europa.
Aquí es donde entra en escena la realidad poniendo a cada cual en su sitio. Ucrania no tiene la capacidad de derrotar a Rusia sin la imprescindible ayuda de EEUU; está por tanto a merced de lo que sus aliados de ocasión (no existe alianza formal con Ucrania) decidan en última instancia. En cuanto a Estados Unidos, Biden ha definido claramente la línea roja que no piensa traspasar: el enfrentamiento directo con una potencia nuclear; pero dado que cada vez da un paso más en esa dirección, ha dejado en manos de Rusia la capacidad de decidir sí y cuando se ha cruzado dicha línea. Rusia parece contenerse por el momento, pero está claro que en sus conversaciones secretas con Biden este asunto está sobre la mesa, probablemente de forma prioritaria. Atención a las últimas declaraciones de Biden: «no buscamos una guerra entre la OTAN y Rusia. A pesar de mi profundo desacuerdo con Putin y la indignación que sus actos me producen, Estados Unidos no persigue que Moscú lo deponga. No queremos prolongar la guerra para infligir una derrota a Rusia». Así pues, el principal fin de rearmar Ucrania sería que esta esté en posición de fuerza a la hora de negociar el armisticio.
Detallemos la situación europea. La UE lleva 30 años intentando afirmar su voluntad de convertirse en un bloque soberano, a la manera de EEUU, Estados Unidos de Europa; pero esto ha resultado ser una aspiración escurridiza, debido a la irresoluble contradicción entre soberanías nacionales y soberanía europea. Ello conduce a una inferioridad de condiciones frente a EEUU, China... ¡y Rusia! Puesto que se ha de ir paso a paso la prioridad de la UE viene siendo Rusia; lo sabe Rusia y actúa en consecuencia. El precio de estar en la OTAN es apoyar la política internacional de EEUU. En cuanto a la consolidación de la UE, sus contradicciones internas pesan más que el infructuoso esfuerzo de Rusia por impedir que los países ex-soviéticos prefieran la UE. Se supone que la integración en la UE lleva implícita una cesión de soberanía; cosa que los socios del este, como hizo Inglaterra, rechazan en lo más íntimo; pero incluso entre los socios del oeste han aparecido nuevas fisuras a raíz del conflicto de Ucrania, Hay tres posiciones enfrentadas: Francia-Alemania-Italia; países bálticos incluida Polonia; los demás, excepto Hungría que va por libre. Todo ello lleva a pensar que Europa camina hacia la consolidación de dos esferas de influencia, con Rusia como una de ellas y una Europa de las patrias del otro lado.
Putin sabe que la guerra de Ucrania se está peleando en dos frentes: el control del terreno y el control del relato. EEUU y UE temen estar perdiendo en el frente informativo. Por ejemplo, el público americano está muy preocupado con otras cuestiones: inflación galopante; matanzas con armas de asalto y guerras culturales; si el público no comparte la necesidad de hacer serios sacrificios económicos para que triunfe Ucrania, Rusia habrá salido ganando. La presión de los países emergentes ante una más que potencial hambruna y de los países desarrollados ante una inflación galopante, puede ser insoportable. Estados Unidos se vería obligado a firmar un armisticio que se parecerá al que se firmó en Corea en 1953.
Huelga decir que esta guerra le viene bien a China, pues mantiene distraídos a sus competidores mientras ella se ocupa en realizar su proyecto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.