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Tras el calvario de cuatro años soportando las bravuconadas de Trump, la Unión Europea y Estados Unidos parecen haber recuperado el espíritu de la OTAN, ayudados por las bravuconadas de Putin. Trump no supo ver la importancia de la OTAN para EE UU. Y Putin, ... que cree conocer mejor que nadie lo que la OTAN representa para los americanos y europeos, pudiera estar pecando de exceso de confianza en su conocimiento.
Después del tercer asalto, los rusos han declarado 'combate nulo' las conversaciones entre la OTAN y Rusia para desactivar la crisis fronteriza con Ucrania. La OTAN había afirmado su voluntad de seguir discutiendo medidas de transparencia en la actividad militar y el control armamentístico, pero Putin ha pedido algo que no le piensan garantizar: la no ampliación de sus miembros (de momento a Ucrania), la suspensión de la cooperación militar con Ucrania, y la reducción de la presencia de tropas americanas en Polonia.
La reacción rusa al fracaso de las conversaciones no se ha hecho esperar. El aumento de tropas rusas en la frontera ucraniana continúa y el Kremlin amenaza con escalar la confrontación desplegando recursos militares en Cuba y Venezuela; por su parte, Suecia denuncia que Rusia está enviando unidades navales al mar Báltico. La OTAN tampoco se queda manca. En caso de un nuevo ataque a Ucrania, se reanudará el envío de armamento apropiado para rechazarlo; se desplegarán unidades militares adicionales en los países miembros fronterizos con Rusia; se incrementarán significativamente las sanciones económicas; ¿suspensión del nuevo oleoducto entre Rusia y Alemania?
Aunque Rusia puede tomar la iniciativa a corto plazo -ciberataques, escaramuzas fronterizas- la OTAN parece encontrarse en una posición ventajosa a más largo plazo. Putin se muestra decidido a utilizar su potencia militar; pero sabe que su economía no podría soportar una guerra de larga duración. Su derrota en la Primera Guerra Fría se hace presente. La OTAN ganó la I Guerra Fría pero no tiene ninguna intención de meterse en una confrontación caliente con Rusia. Corea, Vietnam, Irak, Oriente Medio, Afganistán, pesan demasiado. Las cosas así, no parece que la sangre vaya a llegar al río.
La forma de frenar a Putin, según el experimentado experto en seguridad europea Daniel Friend, es resistir la tentación de responder a sus amenazas con concesiones y mantener la mano tendida en lo relativo a negociar la seguridad europea. En este sentido, han de negarse a aceptar las premisas de Putin al plantear el conflicto, armarse de paciencia y demostrar determinación al responder a las provocaciones, para conseguir que Putin renuncié a sus ultimátums y se predisponga a mantener conversaciones productivas sobre la seguridad europea. Por ejemplo, restablecer el acuerdo sobre control de armamento que no se renovó en la época de Trump. Amén del respeto a los acuerdos que el Kremlin ha ignorado recientemente (por ejemplo, Crimea).
Sobre las premisas del planteamiento del conflicto, hay que tener presente que Putin nunca ha asimilado el colapso de la Unión Soviética tras la caída del muro de Berlín. A su juicio, la UE aprovechó el momento de debilidad que ello supuso a Rusia para extender la Unión hacia el Este, a base de alistar a diversos países de la exURSS. Una 'agresión' por la cual Rusia debe ser compensada. Lo que Putin está calculando es que con sus intervenciones en Georgia y Ucrania ha frenado el expansionismo de la UE, ahora quiere que la OTAN se comprometa formalmente a no seguir intentándolo. Tampoco hay que olvidar que entre Alemania y Rusia hay un centenar de millones de habitantes, de los que menos de la mitad han sido aceptados en la UE. De ahí el interés en frenar el goteo de países que, entre estar asociados con Rusia y asociarse con la UE, una gran mayoría de sus habitantes lo tendría muy claro.
De hecho, Putin pretende llegar más lejos y restaurar las viejas fronteras de la URSS hasta donde sea posible. Sabe que en lo tocante a Chequia, Eslovaquia, Polonia, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Albania debe abandonar toda esperanza; pero los países bálticos de Estonia letonia y lituania, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Armenia y Azerbaiyán son harina de otro costal, y va a perseguirlo a como dé lugar. Es aquí donde la UE ha puesto pie en pared y mantiene su política de puertas abiertas a todos aquellos países que quieran unirse, bien entendido que el boleto de admisión debe cumplir una serie de requisitos de los que la UE es único juez y parte. Esto es lo que a Putin le quita el sueño y esto es sobre lo que, en la UE, no solo no se quiere hacer concesiones sino que ni siquiera se consiente su presentación en la mesa de negociaciones. En resumen, el futuro viene nublado y las próximas semanas pueden ser tormentosas.
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