Secciones
Servicios
Destacamos
Con «el esplendor de la presencia de las cosas», Sophía de Mello, a través de la poesía, fabricó en Portugal en su momento una vía contestataria de izquierdas post-Salazar, de la misma manera que se hizo tras el mayo francés o como aquí después ... o durante nuestra guerra civil.
A través del brillo del mar o del color rojo de una manzana, la poeta (¿poetisa?, no me atrevo) portuguesa defendió sus creencias sin importarle el desprestigio de lo panfletario de la política partidista para un escritor o para un artista. También lo hizo Machado y muchos más a izquierda y derecha, que sacrificaron su memoria y su prestigio en aras de la defensa de sus postulados. Así lo hizo asimismo Picasso que con gran éxito defendió sus ideas a través de su pintura y curiosamente además cobrando por ella sin reproches tras haber sido calificado de «sin estilo» en sus comienzos.
Su obra, prolífica, sigue suscitando exposiciones y comentarios a través de muestras permanentes en Barcelona, Málaga, París, Basilea, Madrid... Todavía se recuerda la llegada del Guernica al Casón de El Prado y su disputado traslado al contemporáneo Reina Sofía en 1992, que no solo hizo perder a la mejor pinacoteca del mundo medio millón de visitantes sino que causó un trauma que afortunadamente se quiso reparar con una gran exposición conjunta El Prado-Reina Sofía, con obras foráneas y propias que todavía se recuerda y que suscitó tanto interés en los historiadores como en los críticos de arte que inundaron de inolvidables comentarios las revistas especialiadas de la época que tanto disfruté. ¡Qué poquitas quedan después de haber perdido el pulso tan digital y tan feroz!
Es bueno reflexionar sobre esa izquierda inquieta, militante y reivindicativa que tanto se echa en falta. Incluso desde aquí, en lontananza, desde otro lado de la ideología, se aprecia una gente adocenada llena de 'echeniques' y de resentimiento, que se ha quedado sola en el cambio climático que debería de ser campo para la economía, la meteorología o la geología, no para la política llena de dudas e ignorantes sobre el tema.
La izquierda europea cree que 'pinchó carne' ahí para ir tirando en un siglo que comenzó tan desfavorable a sus intereses. Así se justifica la Italia estos días.
Por ahí se conduce hoy el PSOE de Sánchez, olvidadizo en sus mejores conductas antiterroristas o antiseparatistas de sus entrañas enfrascado ahora en leyes de memoria democrática y de recaudación para ricos, que más recuerdan el principio de los años 30 del siglo pasado.
Todo ante la mirada agradecida de la derecha y el buen hacer de Feijóo. Un poco como Carlos III en el Reino Unido que no se lo acaba de creer frotándose las manos bajo el armiño.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.