Los médicos de Familia que trabajamos en Atención Primaria nos dedicamos de forma íntegra a nuestros pacientes. Somos el primer eslabón del Sistema Sanitario y los que estamos más cerca y durante toda la vida de las personas sanas y de los enfermos, desde que ... nacen hasta que mueren. Especialistas y trabajadores con vocación que, en la gran mayoría de los casos, realizamos nuestra labor con entrega y pasión y no nos dedicamos ni a la política ni a labores sindicales, sino a abordar la salud de los ciudadanos desde la cercanía y la relación estrecha que debe haber entre el médico de Atención Primaria y sus pacientes.
Este día a día de los médicos de Familia se ha visto vulnerado en los últimos tiempos por cuestiones ajenas a nuestra sociedad y a nuestro sistema, por la pandemia de covid-19, por ejemplo. Sin embargo, desde hace cuatro semanas han sido causas directamente vinculadas a los que gestionan la Sanidad Pública cántabra las que han alterado nuestra cotidianeidad y profesionalidad.
El Servicio Cántabro de Salud ha decidido cambiar el sistema de gestión de la demanda poniendo en marcha un proyecto piloto que ha dejado de ser piloto en una semana para instaurarse en casi todos los Centros de Salud de la CCAA. Un nuevo sistema que secuestra nuestras agendas y solo nos deja citar a los pacientes en 11 de los 35 huecos que tienen cada día, sin tener en cuenta las necesidades de los enfermos y el criterio médico, que siempre debe imperar en cualquier acto sanitario. Es decir, este nuevo sistema genera una gestión despersonalizada e inflexible con las necesidades de pacientes, médicos y demás personal de los centros de salud.
Y al preguntarnos el por qué de la situación, hemos llegado a una conclusión basada en el análisis de la realidad y en cuestiones objetivas. Sin duda, se trata de una medida electoralista cuyo único objetivo es reducir las listas de espera antes de las elecciones del próximo domingo. Si más del 60 por ciento de los huecos de las agendas se gestionan in situ, con pacientes que van directamente al Centro de Salud aunque tengan que esperar horas, o se reservan en la página web del SCS, al que no acceden muchos enfermos crónicos porque gran parte de los mayores no manejan internet, es fácil reducir las listas de espera, pero a costa de una menor calidad asistencial y de la pérdida de autonomía de los médicos de Familia.
Nuestras reacciones no se han hecho esperar. Los médicos de AP hemos hecho comunicados, nos hemos reunido en una asamblea multitudinaria, hemos recibido el apoyo del Colegio de Médicos, de los sindicatos y de las Asociaciones de Pacientes, nos hemos concentrado en las puertas de los Centros de Salud y hasta hemos anunciado que denunciaremos al SCS porque vulnera nuestros derechos como profesionales de la Medicina al quitarnos la competencia de citar cuando lo consideremos necesario, y así lo vamos a hacer, y, antes de todo, hemos solicitado que el proyecto, que era piloto, no se implante. Pero la Consejería de Sanidad no se retracta y reafirma su decisión diciendo que es bueno para todos.
Así que, además de perplejos y sorprendidos, estamos indignados, dolidos y humillados. Preguntándonos cómo pueden cambiar un sistema de gestión de la demanda en Atención Primaria sin preguntar a los profesionales que lo llevamos a cabo, sin poner en común su funcionamiento, sin consultar a nadie que esté a pie de campo en los Centros de Salud y sin tener en cuenta las necesidades de los pacientes más complejos.
No podemos tolerar esta situación inadmisible porque todo tiene un límite y ha llegado el momento de exigir que no se 'maltrate' a la Atención Primaria y a sus profesionales cuando está clarísimo su importancia en el sistema de salud y la necesidad de cuidarla para tener un futuro mejor.
Seguiremos adelante por nuestros pacientes, que son la razón de ser de nuestra profesión, y por un sistema que debe basarse en la evidencia científica para funcionar y no en reducir unas listas de espera antes de las elecciones para que vuelvan a gobernar los que no han sabido poner la Sanidad en el lugar que le corresponde ni respetar a los profesionales que se dedican a ella.
La autora es:
Presidenta regional de Semfyc, en representación de los médicos de Familia de los Centros de Salud de Cantabria
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