Goleada al Huesca para un ascenso
MI SAQUE DE ESQUINA ·
Tras el partido llegó una buena racha de victorias y el Racing se situó en las posiciones privilegiadas de los cuatro primeros puestosSecciones
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MI SAQUE DE ESQUINA ·
Tras el partido llegó una buena racha de victorias y el Racing se situó en las posiciones privilegiadas de los cuatro primeros puestosLos pocos racinguistas que asumieron que su club era un equipo más de la Segunda B lo estaban reclamando. Necesitaban una señal, un aire fresco que aliviara el ahogo del traumático descenso, un gesto del que pudiera surgir una sensación de optimismo ante la nueva ... realidad. Necesitaban una goleada. El club estaba llevando a cabo una campaña de captación de socios con el eslogan: «Tu carné, en el bolsillo; el Racing, en el corazón», pero no acababa de despertar interés. La afición quería algo más que llevar al Racing en su corazón. Quería goles y más goles en la portería adversaria. Aquella goleada llegaría en El Sardinero frente al Huesca en el primer enfrentamiento que ambos clubes disputaron de forma oficial.
El Racing vivía sus primeros partidos en la desconocida y humillante Segunda B. Eran tiempos donde su futuro dependía de su resiliencia, palabra de moda que referida a la capacidad de adaptación de un ser vivo ante a un agente perturbador. La perturbación a la que entonces se enfrentaba el Racing era la mezcla de una insostenible situación económica, apremiada por convertirse en sociedad anónima deportiva y con la imperiosa necesidad de subir de categoría, algo que por otra parte era una obligación social, y para lo cual se contrató a Félix Barderas, Felines, un abulense que había dimitido en enero como entrenador del Rayo Vallecano, en Primera División y se encargaría de llevar el timón del equipo.
No fueron buenos los comienzos. El estreno en El Sardinero fue decepcionante, empatando a uno con el recién ascendido Izarra. Con la obligación de ocupar los puestos más elevados de la clasificación, el Racing, tras la quinta jornada, y después de perder ante el Binéfar, estaba situado en un decepcionante décimo puesto. No era capaz de ganar en Santander, aunque fuera obtenía resultados positivos, menos en la localidad oscense donde el Binéfar, con la mayor parte de sus jugadores procedentes del Zaragoza, arrolló a los racinguistas con un tres a cero que escoció el ánimo de los futbolistas. Acaso por eso, a partir de ese momento el equipo reaccionó y alcanzó el primer puesto en la undécima jornada, tras derrotar a los filiales de la Real Sociedad (1-2) en Atocha, después de una racha de tres victorias consecutivas donde se destapó la esencia goleadora anotando doce tantos.
Para llegar a esa situación fue decisiva la primera goleada que se produjo en Santander contra la S. D. Huesca (4-1) el 21 de octubre de 1990, en la octava jornada. Jugaron aquel día Ceballos, Revilla, Cantudo, Roncal, Óscar, Javi (Geli), Sánchez Lorenzo, Pedraza, Benito, De Diego y Aguilar. Sólo se necesitaron los primeros veinte minutos para adquirir una ventaja de tres goles ante el conjunto aragonés que se mostró incapacitado para plantear un ataque serio. Una internada de De Diego, un remate de Pedraza a pase de Aguilar y una jugada de este último superando a dos defensas y al portero, llevaron la tranquilidad a los racinguistas y a un relajamiento general que duró hasta pasados varios minutos de la segunda parte, cuando Pedraza, el mejor del equipo, remató de cabeza un saque de esquina para marcar el cuarto.
Aquella goleada contra el Huesca abrió otro panorama al equipo. Tras una buena racha de victorias hasta completar siete partidos consecutivos, el Racing se situó en las posiciones privilegiadas de los cuatro primeros puestos que no perdería durante la competición, aunque sí mantuvo una lucha muy apretada por el liderato con el Alavés que en algunas jornadas perdería para luego recuperar. A la goleada contra el Huesca (4-1), seguirían las de Teruel (1-5), Izarra (1-6), Osasuna Promesas (4-0), nuevamente Teruel (4-1) y ya en la fase de ascenso, las de Córdoba (4-0) y la histórica, cardiaca y decisiva para el ascenso del Getafe (3-4).
Para obtener el primer puesto del grupo, el Racing también necesitó los puntos del partido que se jugó en Huesca el 3 de marzo de 1991, donde obtuvo el triunfo (0-2) en un choque donde, a pesar del resultado, pasó muchos apuros. Desde el minuto 9, en un centro de Mediavilla que peinó Aguilar de cabeza para que Benito rematara a la red, el conjunto cántabro se puso por delante. El gol de Benito fue el primero que recibieron las nuevas porterías de El Alcoraz, tras su cambio debido al deterioro. Con la tranquilidad que proporciona la ventaja y la desigualdad sobre el papel de ambos equipos, todo hacía suponer que la victoria del Racing sería cómoda, pero no fue así. Los oscenses apretaron y aunque el Racing replicó a ráfagas, el equipo local se volcó en la portería de Ceballos, pero dejando la defensa desguarnecida, lo que aprovechó Edu para cortar un balón, irse en solitario y servir al segundo palo para un fácil remate de Aguilar que anotó el segundo tanto. Una victoria para invitar al actual equipo a seguir su buena racha de juego y de resultados.
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