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Torrelavega acaba de dar un preocupante ejemplo de cómo no se debe gobernar una ciudad. El rodillo de la sola mayoría absoluta de PRC y PSOE ha aprobado en comisión, sin el más mínimo intento de consenso dentro de la corporación y con unas prisas ... más que sospechosas, el llamado Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), un documento que es verdaderamente «insostenible». Hemos llegado a vivir la extraña situación de que el concejal regionalista que presidía la comisión y era responsable del PMUS, pocos días antes había anunciado su renuncia al cargo para quedarse como concejal raso y dedicarse a sus negocios particulares. Es decir, su compromiso de responsabilidad ejecutiva con el futuro de Torrelavega acaba de caducar. Y con esa actitud de tanta ilusión por gobernar se nos conminaba a los demás concejales a dar por buena la chapuza de documento que se presentaba.
Así pues, ni ilusión ni diálogo. Pero tampoco contenido. Pretender que la movilidad sostenible de Torrelavega consiste en el uso de bicicletas y en ir creando sin fecha fija zonas restringidas de tránsito y aparcamiento es estar fuera de la realidad.
La movilidad sostenible de Torrelavega, es decir, la posibilidad de un transporte masivo con eficiencia energética y mínimo impacto ambiental tiene cuatro nombres clarísimos, ninguno de los cuales sale debidamente resuelto por el PMUS: Santander, Saja-Besaya, Sierrallana, Barreda. Todo lo que deje sin resolver la conectividad sostenible que estos nombres evocan no es más que una chapuza política y/o el encubrimiento de intenciones extrañas.
Santander: no hay ninguna previsión para dar un salto adelante en el uso de ferrocarril para crear una línea metropolitana Torrelavega-Santander, al estilo de otras que hay en Europa y América, que ya está todo inventado y solo hace falta voluntad y compromiso político. Mientras esto no se resuelva, el ferrocarril no será alternativa. Hay gente que se niega a verlo y esa es la mentalidad que hunde a Torrelavega un poco más cada legislatura. La conectividad con Santander debería incluir también una lanzadera-bus al aeropuerto. Nuestros munícipes del PRC-PSOE están encantados de que todo ese tráfico lo rentabilicen directamente Santander o las empresas de los aparcamientos de pago del Seve Ballesteros. Es una vergüenza.
Saja-Besaya: aunque el PMUS por fin admite por escrito lo que en debates el PRC y el PSOE siempre nos han negado al PP testarudamente, a saber, que es imprescindible construir una estación de autobuses junto a la ferroviaria que se va a soterrar en el centro de la ciudad, no se garantiza de ningún modo la construcción de dicha estación, pues no hay ningún documento donde el consejero López Marcano firme con el alcalde López Estrada el convenio de construcción de la estación intermodal. Por tanto, el PMUS es en este aspecto solo literatura política, pero no plan de acción. Se reconoce que la intermodalidad actual es cero patatero, pero no se arregla. Por otra parte, es fundamental la comarcalización del Torrebús, un servicio público que existe gracias al PP y que ya debería de estar comarcalizado en su mayor parte desde la pasada legislatura. Tampoco en este punto el PMUS ofrece ninguna garantía. Palabrería.
Sierrallana: desde que el PSOE, aplaudido por el PRC, optó por el dislate de instalar el hospital comarcal de Torrelavega en lo alto de un monte, la accesibilidad y el estacionamiento en Sierrallana ha sido un dolor de cabeza para los usuarios. En otras épocas, los torrelaveguenses y usuarios de la comarca iban a clínicas muy próximas a estaciones de tren o paradas de autobús. Desde que se abrió Sierrallana, la conectividad se transformó en un gasto extra para las familias, una pérdida de tiempo espantosa, y un golpe bajísimo, muy doloroso, a todo lo que las clínicas aportaban al pequeño comercio de nuestra ciudad. Gracias al Torrebús del PP, se pudo establecer una línea Sierrapando-Sierrallana que paliaba en parte el problema de acceso. Pero para solucionarlo se necesitan dos acciones fundamentales. La primera, establecer un sistema de elevadores, ampliando la experiencia del que se está construyendo en Nueva Ciudad. La segunda, estudiar la implantación de un tranvía que pueda conectar con el centro de la ciudad (donde habrá una estación soterrada y una de autobuses que recogerá el tráfico comarcal) en un circuito permanente. Una solución como hay en Bilbao y muchas ciudades de Europa. El PMUS ignora esto olímpicamente.
Barreda: es preciso liberar a Barreda de la contaminación por tráfico y, por tanto, ejecutar la carretera Viveda-Duález y reformar el Puente de los Italianos. Además, proceder a una verdadera transformación de la Avenida de Solvay en una especie de Boulevard.
En suma: un plan no consensuado, no reflexionado y que no atiende los retos fundamentales de movilidad de Torrelavega es un fracaso desde el primer segundo de su tramitación. No me extraña que el concejal encargado haya dimitido; me extraña que no lo hiciera antes.
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