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El 11 de junio en la página 11 de El Diario Montañés leí un artículo muy oportuno de Raúl Gómez Samperio, titulado: 'El silencio del himno', referido al Día del Niño, cuando cada año, la Banda Municipal lo interpreta en presencia de público y autoridades ... regionales, sin que nadie lo cante. ¡Claro que nadie lo canta! porque al parecer, el Gobierno regional con su presidente a la cabeza, no quiere ni ha querido nunca cantarlo. Todo lo relacionado con el himno de Cantabria ha sido desde el principio, un verdadero 'Caos legislativo, administrativo y social' (titulo de un libro mío en Amazon).
Fue compuesto en música y letra por el maestro Juan José Guerrero Urreisti, a quien se debe todo honor y toda gloria, habiéndome encargado yo de la instrumentación o arreglos (según la ley), por amable designación de sus herederos, y además, por imperativo legal dado mi carácter de funcionario que me obligaba a interpretarlo, donde y cuando se me ordenara. Soy por tanto el principal protagonista, detrás de los herederos, para defender nuestros comunes intereses. Así pues, en 2007, confeccioné una edición digital de todas las versiones: primera para orquesta, segunda para banda, tercera para piano, con cuatro grados de dificultad técnica, y una cuarta, popular, para coros a capella, masculinos o femeninos.
Con todo este bagaje, me presenté en 2007 ante el consejero de Cultura, como único arreglista legítimo, y le propuse su publicación y difusión. Le entusiasmó el proyecto y aceptó el reto. En consecuencia, el 10 de mayo de 2007, hace ya 14 años nada menos, se anunciaba en rueda de prensa, a bombo y platillo, la edición de 21.200 ejemplares del único y verdadero himno oficial de Cantabria. En aquella presentación, tanto el consejero de Cultura como el presidente Revilla, se comprometieron por escrito en las páginas cuarta y quinta de cada ejemplar de la partitura, a distribuir el himno, mediante una campaña de divulgación y promoción.
En dicha campaña se incluía su canto y enseñanza en todos los centros educativos y estamentos sociales. Era víspera de elecciones autonómicas, que ganaron, pero se olvidaron por completo de realizar dicha campaña, secuestrando toda la edición. En aquella rueda de prensa, entre otras cosas, se dijo que: «La interpretación del himno de Cantabria tiene que ser reglada y sujeta a la ley». Así mismo, el señor Revilla en su saluda proclamaba las excelencias de nuestro himno con estas palabras: «En pleno Año Jubilar Lebaniego, los sones del himno de Cantabria adquieren su máxima fortaleza para traspasar las montañas más altas y el inmenso mar, como su propia letra proclama». Pues bien, todo aquello fue un engaño al pueblo, porque no se cumplió nada de lo dicho, y además el señor Revilla viene desde hace ya muchos años 'fumándose', al igual que sus puros, la Ley 3/1987, de 6 de marzo, por la que se establece el himno de Cantabria y se regula su uso. Es decir, reduciéndola a cenizas al incumplirla sistemáticamente por caprichos de su antojadiza voluntad. Himno de Cantabria, se considere o no oficial, solo existe uno: el registrado en la SGAE el 28 de abril de 1997, que no es en modo alguno el que se cantó durante varios años bajo su presidencia en el Teatro Monumental de Madrid en las Galas del Folklore Cántabro.
En aquellos espectáculos televisados por la 2 de TVE, se cantaba la versión pirata escrita por el finado Samperio, que fue prohibida expresamente por la heredera María Pilar Guerrero, mediante carta notarial, con fecha 19 de julio de 1988. Desde hace tiempo es 'Viento del Norte' al que la veleta del capricho del presidente apunta con insistencia, dadas sus aficiones campestres. Si el 'Cantabria querida...' no se entona es porque el señor Revilla no quiso realizar la campaña de divulgación acordada aquel 7 de mayo de 2007. El himno del maestro Guerrero lleva más de 90 años asumido por el pueblo, que ya lo eligió democráticamente para Cantabria en 1987, y lo cantaba con fruición. ¡Señor presidente, usted lo quiere boicotear, según sus propias declaraciones en el 'Hormiguero', y eso no es digno! Termino recordándole las palabras que usted mismo estampó en la página cuatro de cada una de las partituras de ese himno que pretende anular y que dicen así: «Espero que siempre, siguiendo el compás del maestro Guerrero: ... juntos nos agrupemos / muy fuerte y muy leal / que la madre Cantabria / un abrazo nos da...». Y permítame, amigo Miguel Ángel, recordarle que a requerimiento mío, con fecha 23 de junio de 2015, usted me envió una tarjeta personal que decía textualmente: «Estimado amigo, déjame que pasen 20 días y me llamas a mi móvil..., y concertamos una cita. Un abrazo». Lo intenté varias veces pero nada conseguí. ¿No cree usted que deberíamos hablar del tema?
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