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Las últimas noticias del reparto de cromos políticos de este comienzo de diciembre, presagio del rally de fiestas navideñas que nos espera, desvían la atención de muchos acerca de lo que está pasando en nuestro debilitado mercado laboral. Y es que el paro subió en Cantabria un 2,3% ... –hay 36.699 parados, un número que sigue por encima de las cifras precrisis–. Los parados registrados se enfrentan a un 2020 a medio gas en muchas actividades productivas.
Nada es casualidad en un contexto de una región como la nuestra especializada en el sector terciario, pero a la vez afectada por la incertidumbre que rodea al sector de la automoción (hemos liderado la caída en la matriculación de vehículos). El día a día a todos nos come mucho tiempo, pero el tema del frenazo y la falta de empleo aún no está presente de manera central en nuestras conversaciones con amigos y familiares, aunque es bastante perceptible que muchas empresas están dejando de crear empleo como lo venían haciendo y la cruda realidad puede llegar a imponerse.
El modelo productivo aún está por definir, pero en algún momento tendremos que hacer los deberes sino queremos encontrarnos con sorpresas inesperadas en las próximas estadísticas de afiliación y encuestas de población activa. Recordemos que a todos interesa que mercado laboral y empleo no empeoren, puesto que sino el consumo podría resentirse y también la Seguridad Social (que no atraviesa su mejor momento y su déficit ha aumentado), que paga las pensiones de nuestros mayores. Además, a estas alturas del ciclo económico deberíamos preocuparnos del alto nivel de deuda pública y sus tipos. Todavía hay tiempo para tomar medidas tanto sobre un mercado laboral que está en niveles máximos históricos de contratación temporal como sobre un modelo económico actual cuyo futuro está aún por definirse de cara a esta nueva década que inauguraremos dentro de unos días.
Hay que mejorar algunas cosas, pues la vida no se va a poner nada fácil y puede que muchas empresas reaccionen más reduciendo salarios que despidiendo trabajadores, herencia del actual desequilibrio de riesgos laborales. Y es que una tasa de paro de más del 14% no es un buen dato se mire como se mire.
Vale más dejar de perder el tiempo en noticias que no aportan mucho y tener más capacidad de autocrítica pues toca «ponerse las pilas», no despistarse y centrarse en algo que es importante y urgente: el empleo. A todos nos ha de preocupar, y mucho, revertir la pérdida actual de puestos de trabajo. Menos argumentario y más soluciones. Atraer inversiones y apostar por actividades de futuro pueden darnos pistas.
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