Secciones
Servicios
Destacamos
Chernóbil. Norte de Ucrania. 26 de abril de 1986. El mayor accidente nuclear de la historia estremece al mundo. La solidaridad se impone como un deber moral. Cantabria y Chernóbil se hermanan. Infinidad de cántabros abren sus casas y sus corazones a niños que ... llaman padres a quienes les llaman hijos. Los oídos se familiarizan con nombres orientales. Vladimir. Petrov. Ilova. Dimitri. Lavianka. Son los niños de Chernóbil. A quienes la biennacida gente de aquí va a buscar para que a los huérfanos del desastre nada les falte. Amor, cariño, techo, lecho, alimento.
Luego, tantos fueron los que regresaron al lugar de origen como los que aquí fincaron.
No pocos de aquellos niños de Chernóbil piden hoy rabas en los bares con acento pejino. Los niños de Chernóbil han crecido. Treinta y dos años representan a grosso modo una generación. Hoy, son vecinos censados de la ciudad. Madres y padres actuales con niños de la mano que llaman abuelos a los padres de acogida de sus padres. El mundo puede ser así de hermoso. O tan espantoso como el del niño ucraniano que tan repetidamente ponen en la tele.
Desolado, deambula por un barrio de Kiev devastado por las bombas y la locura humana. Lleva la cabeza cubierta con un gorro de lana y una mochila en la mano, colgando. Ajan su rostro lágrimas secas. Se remuerde los labios, en un gesto de dolor y angustia que le emparenta con Cristo en la cruz. Con sus grandes botas negras patea con rabia el suelo. No sabe qué le está pasando. De dónde viene, adónde va. No entiende el mundo. No casa con el paisaje. El crimen de lesa humanidad se simboliza en su tierna y desmadejada figura, en su infinita rabia, en su inconmensurable dolor.
Un ser sin alma, Lucifer redivivo, ha matado para siempre la flor de la inocencia, la inocencia en flor.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.