Un 'indie' en la Moncloa

Y es que lo de gustarle al presidente no está muy claro si mola o no. A fin de cuentas, y por mucho que vaya a Benicasim, el gobierno sigue siendo el estado, el poder, el sistema. Algo sobre, o contra, lo que los granadinos llevan décadas cantando. Aunque lo hagan a un volumen muy bajito, por aquello del 'shoegaze' de que la voz tiene que ser un instrumento más… pero instrumento, al fin y al cabo.

Parafraseando a aquel maravilloso grupo cántabro, Lachica y Lagrande, «no es 'indie'» que te siga el mandamás del país. Pero claro, es que el 'indie', como la nostalgia, ya no es lo que era. Asegura el sociólogo Michael Rockland –lo del 'país del rock' no es chiste– que la cultura basura, lo peor de lo peor, a la vuelta de dos generaciones se convierte en alta cultura. Ocurrió con el tango, el blues, el jazz o el rock. Ahora le toca al 'indie'. Es decir, que dentro de dos décadas lo mismo hay audiciones de reguetón en el palacio de Festivales o le dan el Cervantes a C. Tangana.

Eso sí, al final el tiempo acabará por dar la razón a Carlangas y Novedades Carminha, con aquel himno generacional que rezaba: «Aunque te gusten Los Planetas, como a todos los puretas, yo te quiero igual».