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No ganamos para rebajas. Últimamente, entre las semanas fantásticas, las webs de chollos, los 'outlets' y los 'happy hours', nos pasamos el año abriendo la cartera. Vamos, la virtual, pero que te arruina tanto o más que la antigua, ese cocodrilo que siempre tiene hambre, ... como decía Groucho Marx. Así no hay manera de salir de pobre.
Y más ahora, que ya casi estaba uno acostumbrándose a lo del 'black friday', el 'cyber monday' o como se llame, cuando esta semana nos bombardean por tierra, aire y ondas electromagnéticas con el 'Single Day'. Que no, no es un 'spin-off' de First Dates, qué va: fue una ocurrencia de unos jóvenes chinos para celebrar «el orgullo de ser soltero». Ser, que no estar… Como si fuera algo permanente e irreversible.
Así que desde 1993 en China cada once de noviembre se festeja la soltería… comprándote cosas. Que mira que hay maneras de celebrar algo así, y sin necesidad de pasar por una tienda, pero está claro que lo que más nos gusta, con diferencia, son los regalos. Aunque te los hagas a ti mismo. O sea: original, original no es mucho, pero le viene muy bien a la economía. A la micro y a la macro, vamos.
Y como ahora con eso de la globalización nos llegan todas las modas, aquí hemos importado la fecha, pero con un gran espíritu democratizador: ofertas para todos. Será porque, con aquello de la protección de datos, ya no se puede preguntar el estado civil, claro.
En fin, que a veces añora uno aquel tiempo en que te pasabas toda la temporada primavera-verano mirando escaparates. Y luego, cuando por fin llegaban las rebajas, ya no quedaba nada de tu talla. ¡Eso sí que era ahorrar!
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