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Tener un plan de acción es fundamental para poner en práctica un programa. Personalmente abrigo serias dudas sobre el programa del PSOE en particular, y el de un cierto progresismo en general. Me desagrada especialmente ese sectarismo que lleva a descalificar a un significativo sector ... de la población que no comulga con sus posiciones y vota a la derecha.
Conocemos también el programa y el plan de VOX. ¿Cúal es el del PP? Convertir la democracia en un sistema de partido único es pervertir la democracia. Sánchez tiene un programa y un plan de acción que podría llevar a eso. Pero es muy posible que ni aún así gane las elecciones locales en mayo y las generales en diciembre. Yo así lo espero, pero ¿cuál es el programa del PP y su plan de acción para reemplazarlo, aparte de devolverle al PSOE golpe por golpe para convertirse él mismo en partido único?
El programa de Sánchez está claro: convertir el sistema autonómico en federal, siguiendo el modelo alemán; y, en un plazo indeterminado, convertir la monarquía en república (un tema que merece capítulo aparte). Su plan de acción es coligarse con las formaciones a la izquierda del PSOE, incluidas las izquierdas separatistas, con el fin de gobernar el país durante el tiempo necesario para implantar y consolidar el nuevo sistema. Esto en el plano nacional, en el internacional apuesta por la conversión de España en uno de los pilares de la Unión Europea, consiguiendo que la UE adquiera una estructura confederal que la convierta en Estado supranacional; unos Estados Unidos de Europa, a la par de los Estados Unidos de América. Y, por supuesto, adjudicándose a sí mismo un papel decisivo en ambas empresas; a ambicioso le ganan muy pocos.
Otra cosa es que esté desprovisto de sólidos principios éticos y morales y considere que el fin justifica los medios, no en términos relativos sino absolutamente; para lo cual está dispuesto a traspasar casi todas las líneas rojas que se crucen en su camino. Eso sí, cuidando de no transgredir las legalidades formales vigentes y cambiando estas mediante el uso de las mayorías a conveniencia, para poder hacer lo que la legalidad vigente no le permite. Quede pues claro que Sánchez no es un golpista sino un activista sin escrúpulos, y que tampoco es partidario de la denominada democracia iliberal, hoy por hoy patrimonio exclusivo de la extrema derecha. Gente así se encuentra uno en todos los ámbitos, no digamos en el de la política. Gente así puede ser muy dañina para las sociedades en general y para las liberales en particular.
El programa de Abascal está Igualmente claro: convertir el actual régimen político español en una democracia orgánica, como lo fuera la postrera época del franquismo; algo muy parecido a lo que Viktor Orbán ha hecho en la República de Hungría, cosa que este llama 'democracia iliberal'. Aunque VOX reservaría a Felipe VI un papel muy parecido al que Franco asignó a su padre en dicha época, la idea de república presidencialista es probable que resuene en su mente como lo hace en la de Orbán y Le Pen. Su plan de acción es el sorpasso del PP partiendo a su electorado por la mitad y, posteriormente, al propio PP absorbiendo el ala más radical del mismo. Una vez logrado reformaría radicalmente la Constitución de 1978, las autonomías pasarían a mejor vida y los partidos filocomunistas y separatistas quedarían prohibidos.
Nos queda, pues, el salvavidas de Feijóo. Aunque este aún no ha formulado un programa hecho y derecho, las pistas que viene dando permiten pensar que pretende llevar a cabo una reforma del sistema electoral y (sé que voy a expresar ideas que imagino en la mente de Feijóo, pero permítanme seguir soñando) concretar aspectos ambiguos de la Constitución; integrar Cataluña en el proyecto autonómico de manera que se despejen las sospechas y desconfianzas ahora existentes por ambas partes; (el Estado libre asociado de los vascos pienso que es un hecho consumado y posiblemente lo piense también Feijóo); pero, sobre todo, proteger a la democracia liberal que tanto costó establecer en España y hoy se ve acosada por todas partes.
A este respecto (sigo soñando) Feijóo parece tener muy clara la amenaza al sistema que representa VOX y no quiere apoyarse en ellos de ningún modo (otra cosa es que no le quede otro remedio). Por otro lado, pienso que no le importaría que Ciudadanos recupere ese papel de partido bisagra que nunca llegó a representar y suture las heridas del bipartidismo imperfecto por donde han venido desangrándose PP y PSOE. Con una reforma apropiada del sistema electoral tendríamos tres partidos con peso suficiente para formar gobiernos estables y una serie de partidos minoritarios con peso regional pero bastante menos a nivel nacional.
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