Secciones
Servicios
Destacamos
Los trenes que no cabían por los túneles fue uno de los asuntos candentes en la campaña de las elecciones autonómicas y municipales de 2023, el más ruidoso después de la trama corrupta en Obras Públicas, y bien puede serlo también en 2027, pues la ... previsión es que las 38 nuevas máquinas estén operativas en el último semestre antes de las urnas, con lo que otro retraso en el proceso de fabricación, que ya cumple un año de demora, garantizaría la polémica en las vísperas electorales. Bueno, ya se sabe que en Cantabria los asuntos controvertidos se repiten una legislatura tras otra en una suerte del 'día de la marmota' de la política, lo mismo el AVE que La Pasiega o que el tren rápido con Bilbao y las Cercanías, entre otros muchas carencias que ahora dependen del belicoso ministro de Transportes, Oscar Puente, un mal cliente para la interlocución con el Gobierno Sánchez que pretende el Ejecutivo autónomo del PP que preside María José Sáenz de Buruaga.
La presidenta Buruaga y su homólogo asturiano, Adrian Barbón, han ido esta semana a Beasain para verificar el comienzo de la fabricación de los nuevos trenes –'ver para creer', sentenció la jefa del Ejecutivo cántabro–, pero a quien no vieron fue al ministro del ramo, Óscar Puente, que les dio plantón porque tenía otras prioridades en su agenda. Para empezar, participar en la ejecutiva federal del PSOE que debía enseñarle a José Luis Ábalos la puerta de salida de la política, como les había dejado dicho Pedro Sánchez, tras estallar el 'caso Koldo,' que por cierto también afecta a algunos entes que cuelgan de la cartera de Puente, Adif y Puertos del Estado, con varios directivos implicados. Y, además, tendría que enzarzarse con algunos de sus adversarios en las redes sociales como es su costumbre diaria. No se puede estar en todo.
La agresividad de Óscar Puente se estudiará algún día en los manuales de la política arrabalera. Debutó con su fiero estilo en el intento de investidura de Feijóo y ahí sigue, él y/o sus amanuenses digitales, en una disputa continua por el 'X', especialmente contra los políticos, partidarios y simpatizantes del PP y los periodistas desafectos al régimen. Como si el sueldo sólo se lo pagaran los militantes socialistas y no todos los españoles. Puente recibe muchas críticas, pero al tiempo también le jalean los socialistas más combativos con la 'derechona'. No tanto los de la facción de Pablo Zuloaga, que eran más partidarios de Ábalos, cuando era todopoderoso ministro de Fomento y secretario de organización del PSOE e incluso después, hasta hace muy pocas semanas, antes de su vertiginosa caída en desgracia para convertirse en un político apestado, pero todavía capaz de hacer morder el polvo a un Sánchez cada vez más vulnerable, dentro y fuera del PSOE y del Gobierno, en este febrero horrible, desde las urnas gallegas al 'caso Koldo' y el varapalo del Supremo a la amnistía.
La verdad es que ni a Ábalos ni a Puente les hizo Sánchez ministros del área que gestiona las principales infraestructuras por su experiencia ni por su capacidad técnica, sino para hacer política descaradamente a favor del partido y de sus aliados con los ingentes recursos que maneja. Ábalos era más contemporizador con la oposición y Puente tiene su hábitat natural en la bronca.
Bien, el Partido Popular debe estar preparado para entablar con Óscar Puente una dura pugna. En el aire, un encuentro en Santander en las próximas semanas. Mientras tanto pueden pedirle consejo a Íñigo de la Serna que, cuando era ministro de Fomento y Puente alcalde de Valladolid, se las tuvieron tiesas a propósito de un proyecto de soterramiento ferroviario sobre el que tenían opiniones muy dispares y que ahora se retoma con una importante controversia.
Buruaga quiere ejercer el control y seguimiento de los proyectos para Cantabria. De momento, Puente escatima la información, ni siquiera accede a que Renfe explique la chapuza de los trenes que no entraban en los túneles. Alega como motivo el de preservar la reputación de la compañía, como si le quedase alguna después del escándalo.
La agenda de reivindicaciones de Cantabria al Estado es especialmente prolija en materia de infraestructuras: las Cercanías, la conexión con la red de alta velocidad, el tren rápido con Bilbao, la estación intermodal de La Pasiega, los soterramientos de Santander, Torrelavega y Camargo, el tercer carril de la A-8, la ampliación de la A-67, los tramos pendientes de la Burgos-Aguilar, el Desfiladero de la Hermida y la carretera hacia León. Todos estos proyectos y algunos más recibieron el apoyo de PP, PRC y VOX, con la abstención del PSOE, para que el Parlamento de Cantabria exija a Madrid su ejecución.
Nadie cree que tan ambiciosa reclamación reciba las bendiciones ni la diligencia del ministro Puente, pero seguramente no faltará el ruido con un personaje tan dotado para la pelea en el barro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.